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LeBron James, junto a Kareem Abdul-Jabbar /
El jugador de los Lakers superó el récord de 38.387 puntos de Abdul-Jabbar y lo dejó en 38.390
LeBron James ya es una leyenda en la NBA. El jugador de Los Ángeles Lakers se convirtió en el máximo anotador de la historia de la NBA al superar la legendaria marca de otra leyenda como Kareem Abdul-Jabbar. James necesitaba sumar 36 puntos para batir el récord de 38.387 puntos de Abdul-Jabbar y lo logró en el partido ante los Oklahoma City Thunder para abrir las puertas reservadas a las leyendas de la mejor liga de baloncesto del mundo.
La canasta de las canastas llegó a 10,9 segundos del final del tercer período. Un lanzamiento a media distancia que le permitió que el récord de 38.387 que había perdurado durante décadas, pasara al segundo puesto del ránking para elevar al olimpo a LeBron James. Un Staples Center a reventar celebró la canasta con gritos de ‘MVP’ mientras el jugador elevaba los brazos al cielo angelino. Nada, ni la derrota de los Lakers (130-133) impidió que nadie perdiera la sonrisa de haber vivido algo histórico.
El récord quedó en 38.390 puntos aunque con cada partido seguirá creciendo hasta convertirse en casi inalcanzable. Con su familia como testigos de excepción, Kareem Abdul-Jabbar le entregó un balón conmemorativo. LeBron no pudo contener las lágrimas de emoción en un momento único.
A sus 38 años, la estrella de Los Angeles Lakers y máximo referente de la competición en el siglo XXI, ha sumado este récord a los cuatro títulos de la NBA (2012, 2013, 2016, 2020) y cuatro MVP de la temporada regular (2009, 2010, 2012 y 2013) que ha logrado en sus dos décadas en la NBA.
Lejos queda ya la primera canasta de LeBron en la NBA. Fue un 29 de octubre de 2003, con tan solo 18 años, cuando dio un bote lateral hacia la línea de fondo y se levantó desde la media distancia para anotar cómodamente. «Bienvenido a la NBA», dijo entonces el comentarista del partido. Aquel día firmó 25 puntos, 6 rebotes, 9 asistencias y 4 robos.
Recuerdo a su madre
Emocionado y consciente de lo que significaba el momento, LeBron quiso acordarse de los aficionados y de Kareem Abdul-Jabbar. «Muchas gracias a los fieles de los Lakers, sois únicos. Poder estar aquí al lado de un grande, una leyenda como Kareem, significa mucho para mí. Por favor, dadle una ovación de pie a El Capitán», pidió el ya jugador inmortal.
El jugador de los Lakers quiso tener también palabras hacia su familia: «A mi esposa, a mi hija y mis dos hijos, amigos, compañeros, familia, a mi madre… a todos quienes han formado parte de mi trayectoria estos más de 20 años. Quiero daros las gracias. Yo no sería quien soy sin vosotros. Toda vuestra ayuda, pasión, sacrificio me han permitido llegar hasta aquí». Y no quiso olvidarse de nadie en sus agradecimientos: «A la NBA, a Adam Silver y al gran David Stern, también quiero agradecerles la oportunidad de haber podido formar parte de algo con lo que siempre soñé. Ni en un millón de años lo hubiera imagino mejor de lo que es hoy».