En el artículo de hoy, compartimos el artículo sobre Yoga oncolgico en hospitales para acompaar a pacientes con cncer: «Es un espacio seguro donde nadie se siente juzgado». Puede encontrar detalles sobre Yoga oncolgico en hospitales para acompaar a pacientes con cncer: «Es un espacio seguro donde nadie se siente juzgado» en nuestro artículo.
En el Da Mundial contra el Cncer, hablamos con Adriana Jarrn, quien se inici «en un viaje yguico» en su segunda quimioterapia. Ahora ayuda fsica y emocionalmente a personas con la enfermedad.
El mayor empeo de Adriana Jarrn (Quito, Ecuador, 1978) desde que super un cncer es introducir un tratamiento multidisciplinar en la sanidad pblica. «No todas las personas con cncer tienen recursos para pagarse un entrenador oncolgico, una clase de yoga o una terapia psicosocial, cuando ms la necesitan».
De este modo, se democratiza una mirada ms olstica de la salud, opina esta yogui afincada en Barcelona desde hace 20 aos, «acompaando los tratamientos tradicionales en un hospital», como ya se hace en algunos centros referentes en el mundo. «Es un espacio seguro donde nadie se siente juzgado. No te van a decir que eres una frvola porque te preocupa que se te caiga el pelo o las uas. Se trata de un camino conjunto para la sanacin, aunque el desenlace pueda ser el peor posible y no haya curacin».
EL PROCESO QUE VIVI
«Siendo muy jovencita» a Jarrn le diagnosticaron un cncer y el proceso fue muy traumtico, recuerda. «En un principio, lo recib en shock. Me comunicaron una situacin ms grave de lo que finalmente fue la enfermedad».
Por la recomendacin de una familiar, su prima, en su segunda quimioterapia entr en contacto con Hatha Yoga. «Ella me dijo que poda venirme bien a nivel fsico y mental, y verdaderamente sent que, adems de hacer caso a los doctores, por fin poda hacer algo por mi misma a travs de mi cuerpo». Aceptar esos sentimientos tan humanos y profundos que afloran, como el miedo, admite, y relacionarse mejor con una enfermedad que estaba ah.
Desde entonces, continu su prctica «de la mano de diversos maestros en la India, Nueva York, Mxico, Colombia, Ecuador y Barcelona», experimentado tcnicas, niveles y vertientes distintas de esta disciplina milenaria. Un «viaje yguico» que combinaba con estudios acadmicos de mster y doctorado sobre temas migratorios, su otra pasin.
Pero la esterilla o mat le llamaba demasiado. «Fue mi alfombra mgica, que me transportaba a distintos espacios, con personas en diferentes situaciones y condiciones». Desde el yoga post natal al oncolgico, el proyecto ms importante de su vida. «He colaborado con la Asociacin Espaola contra el Cncer (ACCE), el Hospital Vall d’Hebrn y actualmente trabajo en la Fundacin Klida del Hospital Sant Pau».
POR QU YOGA ONCOLGICO
Desde hace varios aos forma a otros profesores de yoga en esta especialidad. Y no se trata de subirse al carro de la enfermedad ni de que el yoga de por s no sea bueno para todo el mundo sin apellidos, defiende, sino de atender las distintas fases de la enfermedad. «Hay que tener un conocimiento y una formacin, no es lo mismo que atender a alguien con una lesin lumbar, porque hay que adaptar la prctica a la persona entendiendo todo su contexto».
Lo primero que hace al tratar a una paciente es aclararle que el yoga no sustituye a ningn tratamiento, que es tan bueno como el taich o la marcha nrdica si esos son los deportes que le gustan a la persona, y que es conveniente hablar con el onclogo sobre el inicio de la prctica. «Al haber transitado por las mismas situaciones, te sita ante un mismo paisaje, con una complicidad y conexin muy especial».
Las etapas de la enfermedad son: diagnstico, tratamiento, post tratamiento y, en el peor de los casos, final de vida. «Cada una con sus implicaciones fsicas y emocionales«. Curiosamente, afirma, tras el tratamiento y el fin de sus rutinas hospitalarias «muchas personas se sienten muy solas y el yoga suele ser el espacio en el que continan teniendo un encuentro».
Percibe sus temores, comprende lo duro del proceso y huye de los discursos de positivismo de alrededor. «A veces, necesitas expresar que no ests bien. Aqu, una persona de 30 que jams se llevara con una de 65 si no fuera por el cncer, genera unos vnculos y una confianza sin igual». Porque hasta con la pareja, en ocasiones, hay cierta distancia e incomprensin, desliza. «Se trata de legitimar sus emociones».
Jarrn admite que el Covid ha mermado los recursos pblicos en este tipo de iniciativas. Por eso celebra que cada vez se hable ms de ello. «Personajes pblicos como Ana Rosa Quintana, que cuentan pblicamente su enfermedad y cmo les ha ayudado el deporte en el apartado fsico y, sobre todo, mental, se convierten en referentes de inspiracin. Todo lo que podamos hacer como sociedad en aras de vivir mejor el proceso y tener una buena calidad de vida es muy importante».
La parte ms emotiva de su trabajo es poder ayudar a otras personas. «No me gusta hablar de egos, pero desde mi lugar he podido acompaar a pacientes a un nivel muy humano. Es una experiencia que une el dolor y la satisfaccin de disfrutar de una conexin maravillosa».
Red de Yoga Oncolgico. En el apartado «Dnde estamos» existe un mapa en el que las personas pueden contactar con profesores de diversos lugares del pas y de otros lugares que se han especializado en yoga oncolgico.
Conforme a los criterios de
Saber más