Unidas Podemos y sus aliados ceden y apoyan la ley de bienestar animal que excluye a los perros de caza

La ley de Bienestar Animal saldr adelante en el Congreso con el apoyo de los dos partidos del Gobierno -PSOE y Unidas Podemos- y buena parte de sus aliados habituales. Las presiones de la parte socialista del Ejecutivo han fructificado y las aguas de una aparente reconciliacin en el seno del Gobierno de la gente vuelven a a su cauce. La discrepancia de fondo -la exclusin de los perros de caza de la ley- sigue latiendo entre los dos miembros del Ejecutivo pero a la hora de votar se ha impuesto la posicin del hermano mayor y la imperiosa necesidad de cuidar la coalicin.

Lo que hasta ayer mismo eran posturas irreconciliables, hoy se convierten en acuerdo. A regaadientes, pero acuerdo al fin y al cabo. Las primeras seales de cambio de postura llegaron de la mano de dos grupos que siempre se mostraron radicalmente en contra de la enmienda socialista que saca del paraguas de la norma a los perros de caza, de rehalas, pastores y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, as como los utilizados en actividades deportivas diversas: EH Bildu y ERC. Los republicanos catalanes lo dejaron claro cuando su portavoz asegur: «Por nosotros hay partido». Atrs, en el olvido, queda la enmienda que ayer presentaron conjuntamente con Unidas Podemos y los abertzales para tratar de revertir la decisin sobre los perros de caza.

El viraje qued confirmado cuando Unidas Podemos, patrocinadores de una ley que lleva la firma del Ministerio de Derechos Sociales, encabezado por Ione Belarra, anunci su voto a favor. Su representante, Juantxo Lpez de Uralde, justific la decisin de su grupo con el argumento de que votar en contra implicara tumbar una ley que consideran absolutamente necesaria y ello pese a que en la misma se incluya finalmente la «enmienda de la vergenza» de los socialistas «forzada por el lobby de la caza».

La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, subi a la tribuna al trmino del debate para congratularse de que la ley saldr adelante aunque lament que todo ello haya puesto de manifiesto una ruptura de consenso y que, finalmente, haya que aceptar la «impunidad» de quienes maltratan a los perros de caza. «Ms pronto que tarde», dijo, «tendrn que reconocer que se equivocan».

Que finalmente la norma supere el trmite del Congreso y se encuentre ya a un solo paso -el del Senado- para ser aprobada definitivamente no ha impedido que el debate haya estado plagado de crticas por parte de las diferentes fuerzas polticas contra los dos partidos gubernamentales. En este sentido, ha habido casi unanimidad a la hora de lamentar una tramitacin que buena parte de los grupos ha calificado de «vergenza», «despropsito» y «caos». Tanto ha sido as que algunos portavoces han agradecido expresamente a los letrados asignados a la comisin que ha debatido la ley el haber «soportado» todo el procedimiento.