1673366711 un lugar sin ley a mas de 5100 metros de

En el artículo de hoy, compartimos el artículo sobre un lugar sin ley a más de 5.100 metros de altura. Puede encontrar detalles sobre un lugar sin ley a más de 5.100 metros de altura en nuestro artículo.

En lo alto de los Andes peruanos se erige la ciudad más alta del mundo: La Rinconada. Situada a más de 5.100 metros de altura y con una temperatura media anual que roza los cero grados centígrados, este poblado tiene unos 30.000 habitantes. El oxígeno apenas llega. Tampoco las tuberías ni los recursos sanitarios, ambos muy limitados. La policía también escasea. Es una ciudad ‘sin ley’, donde el Gobierno nacional apenas tiene control.

Pero con todos estos inconvenientes, ¿por qué la gente sigue viviendo ahí en unas condiciones tan extremas? La respuesta es simple: hay oro. Y cada año, miles de personas desesperadas se ven atraídas por el sueño de poder hacerse ricos. Según National Geographic, la población es transitoria y suele variar entre los 30.000 y 50.000 habitantes.

El problema es que casi todas las esperanzas se desvanecen en las laderas de las montañas, sin nunca llegar al tan ansiado objetivo de salir de la pobreza. Las minas no están reguladas. No hay nóminas al uso. La mayoría pertenecen a pequeñas empresas que operan bajo contratos informales, aunque el Gobierno peruano les permite seguir operando mientras se registren en un programa que tiene como intención mejorar las condiciones laborales de los mineros. 


Mineros en La Rinconada (Perú).

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El contrato ‘laboral’ entre el empleador y el trabajador es completamente abusivo. Bajo el sistema conocido como cachorreo, los mineros trabajan 26 días gratis y cuatro en beneficio propio. No hay ningún tipo de salario fijo. En esos escasos días, los trabajadores juegan a la ruleta. Pueden tener la suerte de encontrar un poco de oro para poder mantener a sus familias o pueden no llevar nada a casa a final de mes. 

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“Aquí usted trabaja 30 días; al final de esos treinta días, le dan su recompensa de 4 días con derecho a laborar en el interior del socavón para sacar su mineral”, explicó Adrián Machaca, un minero de La Rinconada, a Gatopardo. “Entramos en grupos de 20 o 30 personas y si sacamos, digamos, 20.000 soles (aproximadamente 4.900 euros), lo dividimos entre los 20 obreros”. 

Nos tocan 1.000 soles por cabeza (245 euros) y ese es el promedio mensual. Pero si no se halló mineral o si se cortó la veta (lamentablemente, esto es de suerte), usted no saca ni un centavo”, lamentó. 

La violencia, pan de cada día 

Paradójicamente, a pesar de la existencia de reservas de este metal precioso, La Rinconada es una ciudad dominada por la pobreza, la delincuencia, la prostitución, la violencia y el alcoholismo

En la ciudad ‘sin ley’, los accidentes fatales, tal y como explican en un reportaje National Geographic, son muy frecuentes, al igual que las peleas letales: “Mineros han sido asaltados o incluso asesinados después de vender su oro, y sus cuerpos han sido dejados en los pozos de las minas”. 

Zona comercial de La Rinconada (Perú).


Zona comercial de La Rinconada (Perú).

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Asimismo, muchas mujeres y niñas de las grandes ciudades son atraídas por traficantes de personas que requisan sus documentos de identificación y son puestas a trabajar en los bares y burdeles de la ciudad ‘sin ley’. 

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A todo esto se une una peligrosa combinación entre insalubridad y contaminación. La basura también domina el paisaje de la ciudad. Al no haber servicios de recogida, los residuos se acumulan a lo largo de la ciudad, contaminando tanto sus calles como el medio natural en el que se encuentra. La ausencia de alcantarillado ha llenado de mugre las calles de La Rinconada. 

Por otro lado, al igual que otras muchas minas irregulares de oro, la falta de concienciación sobre la contaminación de las aguas pone en relieve el riesgo que sufre la población. El mercurio que se utiliza en la extracción de oro contamina la poca agua potable que tiene la población, la mayoría procedente del cercano glaciar La Bella Durmiente. 

Violencia, esclavitud, pobreza, suciedad… Un peligroso cóctel que, junto a la fiebre por el oro, convierte a La Rinconada en un lugar difícil para vivir (o sobrevivir). Y todo eso sin contar el mal de altura y el frío que recorre la región.

por admin

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