TESTIMONIO CATÓLICO 👉El mensaje y la misión que le dejó la Virgen tras vivir un gran sufrimiento

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Carolina Name nació en una familia católica con una madre entregada a las cosas de Dios, también un padre que creció en la fe de sus padres. La historia que hoy tenemos con vosotros es una historia de amor en mayúsculas. Su padre se va a la ciudad de Barranquilla ya desde pequeño. Su madre, una bella mujer también venía de un pueblecito muy mariano donde se había dado una aparición mariana aprobada por la iglesia.

La historia parte de un hermoso milagro, de un bonito regalo pero también del sufrimiento que tanto miedo tenemos, pero donde radica el verdadero instrumento para acercarnos a Dios. Su hermana, mayor, fue diagnosticada a los 5 años de una enfermedad poco conocida en aquel momento. Pasaron sus padres por muchos médicos y no parecía haber mucha esperanza. “La enfermedad empezó en la piel, es una enfermedad autoinmune”, explica. Así pasaron por este desfile de médicos a lo largo de varios años donde cada vez se presentan más lesiones en la piel y un deterioro cada vez más avanzado. Cuatro años más tarde del nacimiento de esta hermana, Carolina le tocó crecer en medio de esta enfermedad.

“Mi hermana y yo nos convertimos en almas gemelas. Compartimos los juegos pero también el dolor y la enfermedad”, cuenta. Las secuelas fueron que perdió mucha masa muscular entre otras muchas. Su hermano mayor era estudiante de Medicina, al mismo tiempo, quería buscar alguna salida para su hermana. “En medio de sus investigaciones encontró que en un hospital de Florida donde se trataban esta enfermedad en niños”.

Eran tratamientos caros, pero su padre trabajó duramente para que la pudieran atender. Mientras esto ocurría, su madre, dentro del dolor, se mostró como una persona fuerte y esperanzadora. “Nos transmitía la importancia de rezar el rosario y entregarle a Dios la enfermedad”. Finalmente llevan a su hermana a un hospital por su enfermedad. Cuando en el segundo día, su hermana descubre que la han engañado, que la han llevado a Estados Unidos para morir. Mientras ese diagnóstico salía, las hermanas disfrutaban mucho de estar juntas. Cuando regresaron a Miami para explicarles el diagnóstico y el posible tratamiento. “A mi hermana la sanó Dios. Y es que todos somos parte de un plan”, cuenta.

Pero el testimonio más fuerte viene ahora y es el de Carolina Name. Ella había crecido buscando quizás la atención que necesitaba. Llega un viernes del año 1988 y las niñas del colegio tenían Eucaristía. Tenía un grupo de amigas y a todas ellas les gustaba las fiestas e ir más adelantadas que el resto. Celebraban una reunión que sus padres le habían dejado ir. Estaba emocionada. En el momento de la Eucaristía Carolina empezó a pintarse las uñas. “Noto a la hermana delante mía, me agarró de la mano y me sacó de la misa regañandome”, cuenta. La respuesta por su parte fue una burla hacia ella que se resolvió con un suspenso en todas las materias. Su madre insiste en que no la suspendieran porque sabe que se le iba a causar un dolor muy grande porque ese día era su cumpleaños.

Sus amigos iban a acudir a su casa a celebrar su cumpleaños pero Carolina despreciaba la imagen de la Virgen que estaba allí en la casa. Tenía vergüenza, quizás que las personas que iban a acudir a la fiesta la vieran. La madre con tristeza y se llevó la imagen de la Virgen a otro piso. “Fue una batalla entre el bien y el mal que comenzó en el hogar”, cuenta.

Y es que Carolina fue diagnosticada de más pequeña de una depresión profunda a pesar de que se le veía una persona feliz. Era una máscara, un disfraz de lo que sentía por dentro. La enfermedad de su hermana y convertirse en protectora de su hermana mayor puede que le hicieran mella.

La mayor grandeza que pudo vivir, fue la grandeza de sentir una presencia, la misma presencia de la Virgen. Esto cambió su vida para siempre. “Me miró profundamente y me dijo: mi pequeñita, he venido a deciros que os amo”.

¿Quieres conocer esta inmensa historia de amor? ¡No te pierdas la historia completa, te impresionará!

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