1675687514 ¿Son cancerigenas las lamparas de secado de unas

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Actualizado

Un estudio de la Universidad de California ha puesto en el punto de mira las lámparas de secado de uñas: tras la exposición de células ‘in vitro’ el 20-30% moría y aparecían mutaciones en el ADN mitocondrial

LUIS PAREJO

Desde hace unos días las lámparas de secado de uñas son tendencia. Y no precisamente para bien. La polémica se ha desatado a raíz de la publicación de un artículo científico por la Universidad de California sobre los efectos de la radiación ultravioleta que emiten estas lámparas que aceleran el secado de los esmaltes de uñas. ¿Por qué les ha dado en California por estudiar algo tan concreto? Porque algún investigador sagaz empezó a sospechar que podría haber relación entre el uso de estas lámparas y algunos casos de carcinomas de células escamosas y queratosis actínicas detectados en sus usuarios. Aunque por ahora no se han registrado muchos casos, sabemos que hay pacientes que, por ejemplo, utilizaron estas lámparas con una frecuencia bimensual durante quince años.

¿Cómo se ha realizado el estudio y qué se ha observado?

Antes de entrar en harina es importante analizar cómo se ha desarrollado la investigación. Y lo primero es aclarar que trata de ensayos in vitro, es decir, realizados en células. No sería ético someter a humanos a la radiación de las lámparas para ver sus efectos cuando hay indicios de que ese efecto puede ser nocivo. Por este motivo, los estudios se han realizado sobre células aisladas, concretamente de tres tipos: células de la epidermis de piel humana adulta, células de prepucio humano y células embrionarias de ratón. Expusieron estas células 20 minutos bajo estas lámparas y… malas noticias: observaron que morían el 20-30% de las mismas y que, además, aparecían mutaciones en el ADN de las mitocondrias.

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Houston: tenemos un problema… o no

A pesar de los resultados obtenidos, realmente un estudio in vitro, realizado en las células aisladas, no es suficiente como para emitir una conclusión firme y definitiva. Y aquí es cuando viene el lío porque, tal y como hemos comentado, tampoco es posible investigar directamente en humanos vivitos y coleando para llegar al fondo de la cuestión por motivos éticos. ¿Qué hacemos entonces? Las autoras del estudio proponen un estudio observacional a largo plazo. Es decir, un estudio más grande, comparando qué ocurre entre personas que usan estas lámparas frente a personas que no las usan. El problema es que este posible estudio va para largo y no tendríamos estos resultados hasta dentro de algunos años. El problema, una vez más, es que en cuestión de ciencia nada suele ser blanco o negro y la investigación necesita sus tiempos.

¿Qué hacemos mientras tanto? ¿Dejamos de usar las lámparas? ¿Son todas las lámparas iguales?

Existen distintos modelos de lámparas de secado de esmalte de uñas (ultravioleta, LED…), pero todas emiten radiación UVA ya que sin ella no se conseguiría el objetivo de secado rápido. Aunque la intensidad de los dispositivos es variable, es cierto que los estudios de los que disponemos hasta hoy apuntan a que no se trata de unos cacharritos inocuos. Pero también es cierto que si nos preocupamos por los posibles riesgos de estas lámparas debido a que emiten radiación UVA, deberíamos también preocuparnos (y quizá mucho más) por la radiación UVA a la que todos estamos expuestos en cuanto ponemos un pie en la calle. Nadie se preocupa cuando se sienta a tomar una caña al solecito. Y, sin embargo, ahora todos entramos en pánico con estas lamparitas. Es importante entender el contexto en el que cada uno nos movemos y, aun siendo siempre cautos, relativizar el riesgo.

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Consejos para quienes deseen seguir usando estas lámparas en los centros de estética

El consejo de los expertos es mantener la misma precaución que ya nos recomiendan con respecto al sol. Es decir, si debido a la emisión de radiación ultravioleta debemos limitar la exposición solar al máximo, también deberíamos limitar al máximo el uso de esas lámparas. ¿Qué alternativas tenemos? Secar al aire, aunque sea más lento, o usar secadores de aire caliente, aunque sea más incómodo. También se puede aplicar algo que en la jerga beauty se llama top coat de secado rápido (productos que favorecen el secado). Si a pesar de todo hay quien desea seguir usando estas lámparas, puede hacer algo muy sencillo: ponerse guantes a modo de mitones, únicamente con la parte de la uña recortada o usar en pies y manos un protector solar que proteja frente a la radiación ultravioleta A.

¡Importante! Hay que tener en cuenta que, como bien sabrán los que alguna vez han pasado por un salón de belleza, a veces uno acaba en modo ‘manicura y pedicura spa’ con sus extremidades en remojo. En ese caso habría que volver a aplicar el protector después del remojado. Recordemos que lo ideal es que transcurran unos veinte minutos después de aplicar el protector solar para asegurarnos de que es totalmente eficaz. ¡Ah! Y es importante que consideremos, como siempre, que los perfumes o algunos fármacos aumentan la fotosensibilidad.

Otros riesgos de las manicuras: alergia a los acrilatos

En los últimos años se ha observado, especialmente entre los profesionales de la estética, el aumento de algunos problemas relacionados con los esmaltes permanentes como la dermatitis alérgica por contacto. El ‘culpable’ es el acrilato, un material que también está presente en pinturas, barnices y adhesivos. Los acrilatos, cuando entran en contacto con la piel, pueden ser reconocidos como un alérgeno y generar una reacción alérgica.

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Hay un problema añadido y es que los acrilatos pueden presentar una reacción cruzada entre ellos. Y esto es verdaderamente un problema puesto que cada vez se usan más en el ámbito sanitario. Me explico: una persona que desarrolla una alergia por algo tan aparentemente de andar por casa, como la exposición a esmaltes permanentes, a las uñas de gel o a las uñas acrílicas, puede sufrir en el futuro un rechazo a una prótesis de cadera si la prótesis contiene en su composición acrilato. Por este motivo se recomienda que las personas más expuestas a estos productos, como los profesionales de la estética, utilicen gafas, guantes y mascarilla, como un método de protección de barrera a la hora de realizar esta técnica de esmaltado.

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