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El neerlands se impone en un final de infarto al belga tras una carrera elctrica en la que casi 15.000 espectadores vibraron con el ciclocross
No hubo barro y s mucho polvo. No haba vino caliente, pero s litros y litros de cerveza. El espectculo del ciclocross, con toda su parafernalia festiva, conquist Espaa un soleado domingo de enero. Y a lo grande. Porque todo lo que sucedi en Benidorm tuvo el aroma de un deporte que es religin en el centro de Europa y que cada vez atrapa ms corazones fuera de Blgica y Pases Bajos. Casi 15.000 espectadores que no se vieron defraudados, porque sus dioses se lo tomaron como siempre, como si les fuera la vida en ello. La batalla entre Mathieu Van der Poel y Wout Van Aert result, de nuevo, antolgica.
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Gan el nieto de Poulidor, como siempre entre ellos, por un detalle, por un giro del destino. Fue ms listo esta vez. Y porque no hay errores con perdn en estos ejercicios de agona, una hora con el corazn en la boca. Esta vez sus dolores de espalda se aliviaron y Van der Poel se llev su cuarta prueba de la Copa del Mundo esta temporada, la 32 de su carrera. «Ha sido un poco peligroso, pero muy bonito. Necesitaba una victoria», admiti despus el del Alpecin, un tigre en Benidorm.
Pero ambos son historia del deporte. O van camino de serlo. Una dualidad que les engrandece a partes iguales. Alargan sus duelos de la infancia con un respeto brutal sobre el adversario. «Mathieu siempre me lleva al lmite», confesaba Van Aert la noche antes. No hay sonrisas entre ellos, pero tampoco odio. Se necesitan para elevarse a su mxima potencia. Y en la Costa Blanca, 11 aos despus de la ltima vez que se celebr una prueba de la Copa del Mundo en Espaa (fue en Igorre), honraron su deporte lejos de sus fronteras.
El rapidsimo circuito en forma de ocho era muy distinto a lo que acostumbran y tambin las condiciones meteorolgicas, pero mereca la pena la diferenciacin y as estaba buscado. Un parte ms tcnica, con escaleras, saltos y un arenero (trado desde Tarragona), entre otros obstculos en el Parque de Foietes. Otra ms de potencia en el bosque de El Moralet, casi como si fuera puro Mountain Bike. Se completaban las vueltas en poco ms de seis minutos y haba pocos resquicios para adelantar y muchos resbalones en la arena. Y eso depar puados de momentos espectaculares y que las distancias con el resto no fueran tras brutales como en otras carreras. Por ejemplo, Eli Iserbyt y Laurens Sweeck -quien se proclam matemticamente campen de la Copa del Mundo a falta de la prueba de Besanon- no perdieron comba hasta la mismsima ltima vuelta, siempre haciendo la goma en el jugueteo de Van Aert y Van der Poel.
Antes, en el amanecer, haba sido Tom Pidcock, el flamante ganador en el Alpe D’Huez, el que quemara su nica bala. Consciente de que no llegaba en su mejor momento tras una cada reciente, el ingls del Ineos sali con todo e hizo la primera seleccin. Poco despus, en la cuarta vuelta, fue un arren brutal de Van der Poel, siempre buscando como aliado el arenero por su capacidad tcnica ah, sin poner el pie en el suelo, el que los llev a todos al lmite.
Van Aert solucion ese primer aprieto y busc su propio ritmo. Por momentos, parecan Frmulas 1 apurando en los pianos. Todo se iba a decidir en la ltima vuelta, en la que el del Jumbo se lanz con todo, incluso manteniendo el equilibrio en la arena. El frenes se elev a la mxima expresin en los ltimos metros, hombro con hombro con Van der Poel, que busc un resquicio imposible para entrar en cabeza en los ltimos giros, ya sobre asfalto. «Mathieu me sorprendi», se iba a lamentar Wout, que en su salvaje persecucin estuvo a punto de chocar con las vallas. Entonces ya saba que el ganador en Benidorm era su eterno rival, aunque ni aliento le sobr para alzar los brazos. La revancha la buscar dentro de dos semanas, en el Mundial de Hoogerheide.
Felipe Orts, el gran hombre del ciclocross nacional, firm una estupenda novena posicin en casa, espoleado por el aliento de los aficionados. Antes, en la carrera femenina, tambin espectacular, la vencedora fue le neerlandesa Fem Van Empel en un precioso mano a mano con su compatriota Puck Pieterse.
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