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Las previsiones se han cumplido. Con creces. En el año de las desorbitadas subidas del precio de la luz y el gas, muchos han optado por volver al método más rudimentario para calentarse: el fuego. Este otoño ha sido el agosto de los vendedores de chimeneas y estufas. “Nunca habíamos experimentado una subida tan fuerte de un año para otro”, asegura José Alberto Marrón, copropietario de la empresa Artesanos del Fuego.
“Ahora está más tranquila la cosa. Empezó en mayo y después de las vacaciones se disparó”, afirma este vendedor de estufas en Madrid. “La venta ha subido en torno a un 35 o un 40% del año pasado a este”.
“Ya desde la pandemia empezó a subir. La gente empezó a gastar en el hogar, la gente se ha dedicado más a arreglar sus casas. Las cocinas, los baños… No sé si es porque hemos estado dos meses ahí metidos y hemos empezado a maquinar cambios. No solamente chimeneas”.
Las cifras expuestas por Marrón se corresponden con las que maneja la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (Aefecc), que indica que la venta de estufas de leña y calderas de pellets se ha incrementado alrededor de un 30% respecto al 2021.
Pero no todo han sido alegrías para el sector. La grave crisis de suministros que azota al mundo también le ha pasado factura a los fabricantes de estufas. “Los plazos de entrega se han disparado. Hay falta de materiales. Los plazos solían ser de cuatro semanas y en algunas marcas han llegado a los cinco meses. Hay marcas que la gente está comprando ahora y no les llega hasta marzo o abril”, explica Marrón.
“La guerra de Ucrania también ha afectado. Antes el hierro fundido de las estufas venía de ahí y ahora lo están comprando en Brasil, lo cual encarece el transporte. los precios están subiendo todos los meses. Normalmente subían una vez al año, en septiembre se hacía una revisión. Pero ahora están subiendo cada tres meses. Algunas marcas han subido un 15 o un 20% sus precios”.
No hubo apocalipsis
No eran pocas las previsiones que hablaban de un invierno apocalíptico de colapsos, apagones y crisis. Sin embargo, la realidad ha terminado siendo distinta: los mercados energéticos en Europa siguen en caída libre. el precio de la luz marcó la pasada Nochebuena su mínimo de 2022, con 34,36 euros por megavatio hora (MWh) en el mercado mayorista.
De hecho, es la primera vez en 2022 que el precio del gas no está por encima de los niveles en los que se movía en esta época en años anteriores. Así, los precios en el índice de referencia, el holandés TTF, se mueven por debajo de la media de los últimos cinco años, muy cerca de los 100 euros/MWh.
«Europa está salvando los muebles este invierno con los depósitos hasta los topes», explicaron recientemente a este periódico fuentes del sector gasista nacional. «Pero el problema se ha trasladado al verano de 2023, donde podría haber una mayor crisis energética cuando se tengan que volver a llenar los almacenes». Asimismo, las últimas previsiones meteorológicas apuntan a que este invierno será más templado que los de años anteriores (3,5ºC por encima de la media).
Chimeneas y pellets
“La crisis energética y la subida de los combustibles ha hecho que la gente busque una energía alternativa”, prosigue Marrón, que regenta una de las tiendas más antiguas de Madrid dedicadas a las estufas y chimeneas. Lleva abierta desde 1972 en el 49 de la calle Diego de León.
“Aquí en Madrid se han puesto muchas chimeneas. El pellet se vende mucho fuera de Madrid, aquí poco. Aquí la gente tiende a buscar chimeneas de gas o cassettes de leña”, explica.
Así pues, los vendedores de estufas cierran este 2022 con una hoja de resultados superior a la de otros años, pese a que la crisis no ha resultado ser tan fatal y el invierno no será especialmente frío en España.