«Granada es un recuerdo para toda la vida»

El pívot senegalés Maodo Nguirane se mide hoy por primera vez al Covirán con el que ascendió a LEB Oro en 2018.

–Ha pasado casi un lustro. ¿Qué recuerdos le trae Granada?

–¿Granada? Bueno… es un recuerdo bonito, seguro. Llegué con la temporada empezada, estaba jugando en Bulgaria y terminé allí. Ganamos la Copa y ascendimos a Oro. Aquello acabó como una fiesta que nunca voy a olvidar. Fue mi último año en España antes de pasar por Francia y será un recuerdo para siempre. Se está convirtiendo en un club muy grande, ha crecido mucho. Fue un año en el que estuve muy contento.

–¿Le hubiera gustado seguir?

–Sí, claro. Yo ya había jugado en Oro, en Málaga, Navarra y Castellón. Pero recuerdo que ese año hablé con mi familia, y me dijeron que, tras formarme en Unicaja y mis otras dos temporadas en Oro, debería ir a buscar alguna experiencia fuera. Claro que me hubiera gustado seguir porque el club ha crecido mucho, pero es cierto que antes de acabar también estaba pensando en buscar algo en otro país.

Es curioso que ahora las dos partes se reencuentre en la Liga Endesa.

Sí, es como cuando hace poco jugué contra Unicaja. Llevaba seis años sin pisar el Carpena, tras pasar muchos años defendiendo esa camiseta. Contra el Covirán será parecido, pero tengo que afrontarlo como un partido más, que eso sí espero que sea de buen nivel.

–De su etapa rojinegra solo queda David Iriarte en la plantilla. ¿Sigue en contacto?

–Claro, con varios de ellos. Son buena gente y yo soy un tío humilde que siempre está pendiente de la gente que ha pasado por mi vida. No les puedo olvidar, hablo con algunos de ellos, como con también gente de Málaga. David ahora es el capitán, y me alegra. También hablo con ‘Petit’ Niang, por ejemplo.

–En los últimos años estuvo en divisiones inferiores en Francia o también en la liga suiza. ¿Le sorprendió que un ACB llamara a sus puertas?

Sí, mucho. Yo me formé en España desde pequeño, y luego pasé por Unicaja, donde era muy complicado llegar al primer equipo. Después del filial estuve en Navarra y Castellón en Oro, pero nunca tuve una oportunidad de la ACB. Así que me fui a Bulgaría, donde hacía mucho frío y era todo un poco triste (risas)… Y volví a Granada y ya luego tocó Francia. Ahí ya pensé que si algún día volvía a España sería en ACB. Cuando este verano lo comenté con familia y amigos, todos estaban muy contentos. Estoy muy feliz en Zaragoza

–Pese a que el inicio de temporada ha sido muy difícil.

–Sí, desde luego. Martin Schiller era un buen entrenador y creo que teníamos buena plantilla, pero la ACB no te da tiempo y a veces los arranques son complicados. Empezamos mal y luego, tras la llegada de Porfi Fisac, hemos conseguido jugar como equipo y ser una familia. Las cosas han cambiado.

–Queda muy lejos aquel último partido de pretemporada, cuando ganaron fácil en Granada.

–¡Y tanto! Recuerdo que hablé con David Iriarte tras el partido, tenían los ánimos tocados. Comenté que aquello no era más que un partido de entrenamiento, que la liga era otro asunto porque muchas cosas iban a cambiar. El Covirán es un equipo que juega muy unido, con un grupo hecho del año pasado y pocos cambios. Se conocen bien y están sacando ventaja de ello jugando muy bien.

–El de hoy es un partido que empieza a ser relevante…

–Claro que lo es. Todos los partidos son importantes, porque en ACB cualquiera te gana, igual que cuando nosotros ganamos al Real Madrid en nuestra primera victoria. Nunca te puedes relajar, no hay que pensar en el pasado o en aquel partido de pretemporada. Hay que sacarlo como sea, porque además jugamos Zaragoza, sin pensar tampoco en que venimos de perder la jornada anterior, porque Granada va a venir también con necesidad tras perder en casa. Será un partido muy difícil e importante.

–¿Notará mucho el Covirán la lesión de Luke Maye?

–Es un jugador muy importante para ellos porque aporta mucho en el ‘4’, da intensidad, anota y hace jugar. Además, hace difíciles los dos contra uno sobre Felicio, porque da mucha amenaza desde el triple. Es un gran jugador y es una pena lo que ha pasado. Ojalá se recupere pronto, le pido a Dios que sea así porque la liga necesita jugadores así.

Y hablando de jugadores de nivel. ¿Cómo es el día a día con Aday Mara, el ‘unicornio’ del baloncesto español?

El chaval es muy bueno y encima tiene ganas de aprender y comerse el mundo. Cuando llegó Porfi Fisac al equipo me dijo: «Cuídalo como si fuera tu hermano, tienes que ayudarle». Por eso yo no le dejo, le digo muchas cosas para que aprenda. Es muy buen chaval, muy humilde y sigue creciendo. Ojalá no le pase nada físicamente y tenga suerte, porque tiene un talento para llegar muy lejos a nivel mundial. Es muy majo, como también Lucas Langarita.