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Los últimos camiones marchándose ayer de La Peza. /
La Guardia Civil impone más de 250 sanciones a los participantes en la rave, que han dejado allí la basura de estos días
La diáspora de caravanas participantes en la fiesta rave de La Peza se ha repartido por distintas zonas de la provincia en su camino hacia otras comunidades autónomas o países. Medio centenar de estas casas sobre ruedas pasaron la noche del miércoles en unas pozas de aguas termales del término municipal de Zújar, en la comarca de Baza. La mayoría comenzaron a marchar ayer mismo. Otras intentaron asentarse en la zona de San Miguel, en la capital granadina, pero el cerco montado entre la Policía Local y la Policía Nacional lo impidió. La Policía Local presentó quince denuncias el miércoles y cuatro más ayer. Las termas de Santa Fe o la zona de Órgiva han sido algunos de los otros destinos de esta diáspora. El caso es hacer turismo por Granada antes de marchar de la provincia.
La Guardia Civil ha presentado más de 250 denuncias contra personas participantes en la fiesta rave, más del 70% de ellas contra personas de nacionalidad foránea. Consumo de drogas, tenencia ilícita de navajas, acampadas ilegales o sanciones de tráfico han sido las principales causas de estas multas, que serán de difícil cobro al tratarse de personas extranjeras.
Valoración
El alcalde, Fernando Álvarez, se desplazó ayer a pie hasta el lugar para comprobar que apenas quedaban ya una quincena de caravanas y ha confirmado que hoy evaluará los posibles daños sobre el terreno cuando el acceso deje de estar colapsado por los vehículos que aún salían ayer, ya que ha habido algunos choques en las pendientes del camino de tierra entre camiones y caravanas de grandes dimensiones que viajaban sin frenos, lo que dificultó el desalojo del espacio.
El primer edil ha asegurado que denunció ante las autoridades el pasado sábado el establecimiento de la fiesta en los terrenos de propiedad municipal.
Con toda la basura acumulada en un punto central de la explanada, todos los presentes se aseguraron de que el lugar quedase completamente limpio, ya que «lo último» que querrían sería «dañar el medio ambiente», y confirmaron que estaban a la espera de que un camión que tenían preparado pudiera entrar a recoger la basura.
La Guardia Civil durante los seis días de fiesta impidió que pudieran sumarse a la rave más de setecientas personas que hubieran convertido el evento en un desmadre mayor, además de haber frenado la entrada de varios camiones que iban cargados con bafles y equipos de música. No solo eso; a partir de ahora la Guardia Civil abrirá una investigación para averiguar quién o quiénes han estado detrás de la organización de esta fiesta.
Cien agentes, drones y un helicóptero en el despliegue policial
Las concentraciones pacíficas también dan guerra. Es lo que ha ocurrido con la ya internacionalmente célebre, e ilegal, rave (fiesta para los amantes de la música electrónica) de La Peza. La sorprendente cita –nadie detectó que se estaba gestando– ha obligado a la Guardia Civil a trabajar duro para evitar que la cosa se desmadrase. El instituto armado tuvo que planificar en un tiempo récord un cerco preventivo al campamento de los forasteros.
La idea era ‘rendir’ la plaza por las buenas, esto es, entorpeciendo los suministros básicos a los ‘vecinos’ del efímero poblado. Una vez descartado el desalojo por la fuerza –una alternativa que se desechó porque podía generar más problemas–, la Benemérita se dispuso a sitiar a los juerguistas. Para ello, los mandos de la operación reclutaron a agentes por todos los cuartelillos la provincia y más allá: el dispositivo también contó con refuerzos llegados de la vecina Almería, según han confirmado a IDEAL fuentes de la propia Guardia Civil de Granada. En este sentido, unos 75 guardias se han turnado cada ocho horas para vigilar la fiesta de día y de noche. Así han estado desde el pasado día 30 de diciembre.
Los fiesteros improvisaron un campamento que parecía sacado de una de las películas de Mad Max. Además del contingente humano, la Benemérita también contó con el apoyo aéreo de un helicóptero y de drones.