En el artículo de hoy, compartimos el artículo sobre El dilema del comercio ante la inflacin: «No me atrevo a subir ms los precios. Somos los que damos la cara». Puede encontrar detalles sobre El dilema del comercio ante la inflacin: «No me atrevo a subir ms los precios. Somos los que damos la cara» en nuestro artículo.
ola, Paco y Rafa son tres comerciantes veteranos, al frente de sus negocios desde hace dcadas. Lola regenta un bar, Paco vende prendas de ropa y Rafa, electrodomsticos. Los tres, en sus respectivos sectores, padecen desde hace un ao una escalada de costes que no haban vivido antes, que les ha puesto entre la espada y la pared. A pesar de que los tres cuentan con clientelas fieles, es difcil explicarle al cliente que le subes los precios, dice Paco. Y eso que no estn subiendo tanto lo
s precios como los costes que sufren.
Paco, que tiene dos tiendas de ropa de caballero, una de ellas en un centro comercial en Torrejn de Ardoz, cerca de Madrid, enumera los costes extra que lleva estos meses asumiendo. Dice que, por ejemplo, le ha subido la luz un 60%. Antes pagaba 50 euros de factura y ahora le llega cada mes 130-140 euros. Tambin
le han subido las bolsas con las que entrega las prendas al cliente, el cartn con el que envuelve las camisas, el alfiler,
botones, hilo…
Aunque mi cliente est muy fidelizado a la marca, si repercuto todo lo que me han subido los costes en el precio final, no me compraran. Puedo repercutir una pequea parte slo, por lo que si antes ganaba 10 ahora mi beneficio se ha quedado en tres. Los otros siete se han quedado en el camino, explica.
Hay un
desajuste que hay entre los costes que pagan por tener sus negocios abiertos y el precio que les paga el consumidor
o el cliente por los productos que venden u ofrecen (el famoso margen), por lo que ganan menos dinero que antes, an vendiendo lo mismo. Adems, tanto hostelera como comercio vienen de dos aos de crisis, la provocada por el Covid, en la que han sufrido las restricciones en su actividad, para evitar que se propagara la pandemia.
Subidas
Lola ha subido la cerveza, Paco el precio de las camisas de caballero y
Rafa, que antes venda una lavadora bsica por 200-220 euros, ahora lo hace por 280-300.
Y ah ya no puedes seguir subiendo todo lo que a ti te cuesta.
Lola recuerda que el comercio y la hostelera somos sectores que damos la cara con el consumidor final. Negocias con el comercial, la fbrica… Pero nosotros somos los que tenemos que explicarle al cliente por qu hay productos que han subido el doble, seala esta empresaria que lleva 40 aos al frente de Los Gatos, una taberna castiza en la zona centro de Madrid donde vienen los parroquianos de turno. Venan los padres y ahora los hijos. Es clientela fiel, explica. Cuando trabajas en una empresa pequea y ests muy cerca del pblico al final son amigos y
dar la cara es muy difcil
, aade la empresaria.
Odio subir los precios y odio cambiar la carta
, lamenta. Por ejemplo, cambiar de proveedor, porque el producto ha subido tanto que no le compensa.Ella lleva dcadas con sus proveedores, compra producto gourmet y es una cuestin de supervivencia, de guerrear para poder seguir teniendo el mismo producto, y no bajar la calidad.
An as hay muchas cosas que no puedes subir. La subida de costes es como un efecto domin: si sube la materia prima (el cereal, por ejemplo), el producto vende ms caro al fabricante, que a su vez vende ms caro al distribuidor. Lola explica que
la cerveza les ha subido ya ms de una vez este ao
, otros proveedores (que tambin han encarecido sus servicios) le han dicho que es que tiene el precio de venta al pblico muy bajo. Lola responde: No me atrevo a subir ms los precios.
MALABARISMOS
Sobrevivimos haciendo malabares en el alambre. Si esto se alarga ser imposible subsistir, dice Cevilio, que recuerda que, aunque se ha hablado mucho de la factura energtica, aunque el problema es que eso es slo una partida, pero si vendes muchas prendas y cada una te cuesta ms, tres cntimos por cada una es mucho, dice el empresario.
Lola s admite que es la primera vez que
el consumidor est sensibilizado con que ha subido todo, y no notas una repulsa exagerada
. Ve que no es un capricho. La gente entiende por qu las cosas tienen que subir. Rafa coincide en que la gente est ya concienciada, no hay una resistencia.
La gente, coinciden todos, no est dejando de consumir ni de comprar, pero s ha modificado sus hbitos:No han dejado de venir al bar, pero consumen menos dice Lola. Rafa explica que algo menos s se est vendiendo, al menos en su caso, se est optando ms por la reparacin, en lugar de cambiar el frigorfico, que antes s compensaba, ahora lo arreglas y esperas.
Este empresario explica tambin que ahora estn abriendo el abanico de servicios extra que ofrecen. No slo venden lavadoras o televisores, sino que ahora tambin ofrecen seguros, garantas…
Si la lavadora sube el precio y vendes menos lavadoras, hay que buscar alternativas
, explica el empresario. Tambin estn empezando a cobrar por servicios que antes daban gratis, como la instalacin o el porte. La gente lo asume, entiende que hay que cobrarlo, seala.
Todos coinciden en que el control de los costes que tienen es mucho ms estricto. Los presupuestos estn mucho ms detallados y medidos, dice Rafa, que cuenta tambin que tienen menos stock. Si antes tenan en almacn 20 lavadoras, ahora, por ejemplo, solo tienen 10.
PICARESCA
En esta crisis inflacionista tambin hay mucha picaresca. Como dice Lola,
nosotros tambin sufrimos la reduflacin
, dice en referencia a la prctica de vender al mismo precio un producto pero con menos cantidad, de manera que se paga lo mismo, pero por menos.
Lola cuenta el caso de una empresa que, no slo redujo la cantidad de producto, sino que contena el envase, sino que encima agrand ste.
Tiene 50 gramos menos de gramaje y encima han agrandado el envase.
Llevaba muchos aos trabajando con esta casa, es un producto gourmet. Hay muchas empresas que juegan a confundir, protesta.
Los tres comerciantes tienen todas las esperanzas puestas en esta campaa navidea, que suele ser uno de los momentos de ms ventas sobre todo para el sector textil y para la hostelera (menos para electrodomsticos). Lola reconoce que si esto sigue as no quedar ms remedio que subir a la vuelta. En Navidades me resisto a hacerlo.
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