El Bara zarandea a un Madrid indolente y recupera galones en la Supercopa del desierto

Gavi, con un gol y dos asistencias, lidera el triunfo de los azulgrana, mucho ms intensos que su rival. La falta de actitud y los errores impropios de su nivel condenan a los de Ancelotti.

El nombre de Riad, capital de Arabia Saud y durante una semana del ftbol espaol, deriva del plural de rawdha, una palabra rabe que viene detallada en el Corn como «un jardn que se distingue del resto por sus caractersticas». Y ah, en mitad del desierto de una pennsula muy lejana a la Ibrica, construy el Barcelona el jardn de su deseada y buscada felicidad para zarandear a su mximo rival. Una victoria contundente (1-3) sobre el Real Madrid en todo un clsico, un ttulo 18 meses despus de la Copa del Rey de 2021 y un impulso psicolgico para renacer de sus cenizas.

Sobre la hierba del Estadio Rey Fahd, Xavi Hernndez olvid su libro de estilo y apel a lo ms efectivo, justo y necesario para ganar su primer ttulo como entrenador azulgrana: la intensidad y la presin alta, seas del ftbol moderno, sobre un Madrid dormido en los balones divididos, muy espeso con baln y tieso fsicamente. Dicen que los de Ancelotti que estn en una «fase valle» de la preparacin fsica, una circunstancia que puede valer como excusa deportiva para su actuacin, pero jams como razn principal de una debacle provocada por su falta de actitud.

La primera parte, dominada por el Bara en su totalidad, naveg en tablas gracias a Courtois hasta que comenz la cadena de errores madridista. Malos controles, malos pases, malas presiones, mala disputa de los duelos… Un descontrol en el que disfrutaron los de Xavi. La historia dice que el Madrid de Ancelotti se siente bien en la locura, en el ‘tuya y ma‘ de la constante verticalidad. Ah nacieron sus remontadas de Champions hace unos meses. Pero este Madrid ha perdido el punch y necesita ms pausa que psicosis. El Bara, consciente de que el 0-4 de la temporada pasada en el Bernabu lleg ms por el trabajo, el esfuerzo y la presin para provocar los errores del rival que por el juego de posesin, se lo hizo pagar de nuevo con la misma moneda.

Tres errores del Madrid

A la media hora, Busquets intercept un mal pase de Rdiger a Camavinga en el pico del rea madridista, Pedri recogi el baln suelto, movi rpido para Lewandowski y el polaco dej solo a Gavi para que ste batiera con un disparo cruzado a Courtois. Fue un pestaeo, una chispa generada por un fallo. No necesit ms para noquear a su gran enemigo.

Rozando el descanso, Carvajal y Militao midieron mal un intento de presin sobre De Jong en el centro del campo, el neerlands lleg antes y dej un baln perfecto para la carrera de Gavi. Intercambiando sus papeles, el joven espaol se escor, esper la presin de Rdiger y asisti a Lewandowski para que el ex del Bayern, tambin solo en el rea, rematara casi a puerta vaca.

Ancelotti no daba crdito. Su equipo, mentalmente infranqueable en sus xitos y rebosante de actitud cuando se disputaban los ttulos ms importantes, vea impasible cmo el clsico pasaba ante sus ojos. Cuestin imperdonable para un club creado para levantar trofeos cada ao, por muy pequeos que puedan ser.

La segunda parte resumi al Madrid actual: un «quiero y no puedo«. Al descanso, Carletto pag los platos rotos con Camavinga, que no haba sido de los peores pero era el cambio ms fcil ante los galones de Modric y Kroos. Croata y alemn cuajaron uno de sus peores partidos de los ltimos meses. Sin Tchouamni, lesionado, el centro del campo madridista pierde su eje, y su compaero francs no ha sido capaz de encontrarlo en las pocas, muy pocas, oportunidades que le ha otorgado el tcnico.

Vinicius y Rodrygo, amago de revulsivo en el intermedio, intentaron alguna arrancada, ms por corazn que por piernas y ftbol, y el Madrid sigui sin encontrar agua en el desierto. Sediento, observ de nuevo cmo el Bara le destrozaba con su propia medicina: otro error, ahora de Ceballos, que intent ese pase horizontal y alto hacia el centro del campo que prohben todos los entrenadores desde infantiles, deriv en el 0-3. Una carrera de Lewandowski, un pase a Gavi (MVP con un tanto y dos asistencias), una llegada de Pedri al segundo palo… Y gol del canario. Benzema, con un tanto en el 92, maquill el resultado pero no la actitud de su equipo.

Las promesas de futuro del Bara dieron aire a su presente y llenaron de esperanza a un club que hace tres meses estaba muerto, condenado al infierno de la Europa League y lejos de la elite continental. El conjunto cul ha levantado la Supercopa en el desierto y, lo que es ms importante, vuelve a saber lo que es la ambicin y la personalidad necesarias para triunfar. Esas que el Madrid explic a Europa hace unos meses y que ahora, como si nada importara, deber ganarse de nuevo.