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Fue el 22 de julio de 2011 y el Tour de Francia se acababa. Alberto Contador, en aquel momento de su carrera el mejor ciclista del mundo, lanz un ataque a la desesperada y en bsqueda de la pica. En el Telegraphe, a falta de 92 de meta. Un movimiento para la historia que no lleg a buen puerto. Porque un joven escalador galo, Pierre Rolland, tambin foment la locura y en las rampas del Alpe d’Huez levant los brazos tras tumbar al ‘Pistolero de Pinto‘. El villano de una fiesta del ciclismo espaol, que 11 aos ms tarde cuelga la bicicleta.
Rolland (36 aos) se marcha como un ciclista de ataque, uno de los ltimos romnticos de un modo de correr menos calculado/r y ms centrado en las sensaciones. Y su fin conlleva un mensaje, porque tuvo ofertas para continuar, tanto en su ltimo equipo -B&B Hotels- o en la Primera. «No quise. Prefiero aconsejar a fichar a tal o cual corredor, ms joven, que asentarme a toda costa. Ya he tenido la oportunidad de probarme a mi mismo», seal en su retirada.
Victorias en Tour y Giro, un 4 en la ronda italiana, y esa batalla en la que fue lugarteniente de Thomas Voeckler en aquel Europcar que lleg de amarillo a la ltima semana del Tour de Francia. Con el broche final del Alpe d’Huez, en el que dej a Alberto Contador y Samuel Snchez descolgados. «Ellos hablaban y yo tena un arma secreta. Sub 10 veces al puerto, me conoca esa curva al dedillo», confes al vencer. Desparpajo con traduccin posterior en ser un nombre querido por su valenta.
El ltimo ciclista del ‘movimiento no ocupado’ por los potencimetros y el clculo de los ataques. «Ataque de Pierre Rolland» se convirti en un ‘leiv motiv’ para el Tour de Francia y su prensa devota. «La reverencia de un sabio», titula L’Equipe su despedida. El de Orlens, otro como Philippe Gilbert, Alejandro Valverde o Vincenzo Nibali que cuelga ‘la flaca’.