1672459806 son ineficaces aunque tengan la pauta completa

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España reconoce el carácter «preocupante» del repunte de la Covid-19 en China tras el levantamiento de la política de ‘Covid cero’. La derogación de la gran mayoría de restricciones sanitarias, que reabre las puertas a los viajes internacionales sin prohibiciones específicas, ha llevado a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, a adelantarse a la UE y anunciar medidas de control en los aeropuertos. Los viajeros procedentes de China no podrán acceder a nuestro país si no presentan un test negativo o un certificado de vacunación completa.

En este sentido, Darias ha matizado que el Gobierno valorará «la revisión de los protocolos existentes» y abordará con Bruselas las «posibles medidas que tuvieran que implementarse o no en función de la situación epidemiológica». Porque lo cierto es que, si bien la figura del ‘certificado de vacunación completa’ parece recordar al ‘pasaporte Covid’ que estuvo en vigor hasta la primavera de este año. Este documento daba nueve meses de vigencia para aquellos que habían recibido la doble pauta de las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca, o la dosis única de Janssen, antes de requerir refuerzo.

Sanidad ha aportado pocos detalles sobre la certificación de vacunaciones chinas, pero ha precisado que solo aceptará aquellas aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto las reduce a tres: Sinopharm, con una pauta de dos dosis; Sinovac, también de doble pauta; y CanSino, de pauta única. Las dos primeras usan un procedimiento más antiguo que la tecnología de ARN mensajero que emplean las vacunas occidentales más exitosas. En su caso, inoculan una versión debilitada del SARS-CoV-2 para generar una defensa inmunitaria. En cuanto a la de CanSino, codifica material genético del coronavirus en un virus del resfriado común. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) no las autoriza.

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En un momento en el que el desarrollo de vacunas contra la Covid se consideraba una prioridad estratégica geopolítica, los ensayos reportaban una enorme eficacia de las fórmulas chinas, capaces de rivalizar con las occidentales. Pekín y Moscú vieron una oportunidad para dejar atrás a EEUU y la UE, arrancando primero su vacunación y produciéndolas en masa para suministrar a países de Asia, África y Latinoamérica. Esto facilitó, de hecho, que las infantas Elena y Cristina de Borbón aprovechasen una visita a Juan Carlos I a Abu Dabi para vacunarse con Sinopharm antes de que les tocase su turno en España.

Sin embargo, el contacto con la situación epidemiológica sobre el terreno ha ido revelando que su efectividad real es menor de la anunciada. Este verano, el director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China, Gao Fu, admitía que la eficacia de las vacunas para la Covid-19 de su país no era alta y que se estaban planteando dosis de refuerzo heterólogas, es decir, mezclando fórmulas. Aunque Fu se retractó, las carencias de estas vacunas frente a ómicron, la variante dominante a nivel global, y sus subvariantes más infectivas está quedando de manifiesto ante el disparo de contagios.

Así, un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y Fiocruz determinaba el pasado octubre que Sinopharm ofrecía una protección «casi nula» contra la enfermedad sintomática de la Covid-19 por ómicron, y entre un 40 y un 50% de protección contra la enfermedad grave. Esto no es privativo de las vacunas chinas: también en occidente, la tercera -y más recientemente, la cuarta- dosis vacunal han sido clave para contener la mortalidad de las últimas olas. Pero en China se han puesto pocas dosis de refuerzo pese al tiempo transcurrido desde la inoculación original.


Tests Covid obligatorios para los viajeros desde China en el aeropuerto de Malpensa, Milán, Italia.

Matteo Bazzi/EFE/EPA

La OMS abordaba este problema justo antes de Navidad por boca de su directora del departamento de Inmunización, Katherine O’Brien. «Ha quedado claro que la vacuna contra la Covid-19 no activada, como es el caso de la china, requiere una tercera dosis para obtener el máximo beneficio«, afirmaba. «No hablamos de una dosis de refuerzo, sino de una tercera dosis necesaria para que la vacuna sea efectiva, y en la mayoría de la población china solo se han puesto dos». Sin embargo, la Organización sigue reconociendo oficialmente como «pauta completa» la pauta de dos dosis de Sinovac/Sinopharm y la única de CanSino, aumentando la confusión. 

«Una medida retórica» 

«Solicitar a los viajeros procedentes de China una prueba negativa de covid-19 o la pauta completa de vacunación parece razonable, pero probablemente no alcanzará la eficacia completa que se pretende«, afirma Óscar Zurriaga, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología e investigador del departamento de Medicina Preventiva, Salud Pública, Ciencias de la Alimentación, Toxicología y Medicina Legal de la Universitat de València. En declaraciones a Science Media Center, aboga por exigir una PCR hecha un máximo de 48 horas antes, o un certificado vacunal «reconocido internacionalmente» en el que consten el tipo de vacuna, las dosis y las fechas.

El control, además, debería realizarse según el «origen inicial» del pasajero y no el de su vuelo, porque podría haber hecho escala. «Tenemos el precedente del cierre de vuelos con Sudáfrica en noviembre-diciembre de 2021 para detener la entrada de la variante ómicron», recuerda, una medida que resultó inútil de cara a la propagación. Finalmente, también será necesario un protocolo de actuación para las personas que presenten síntomas al entrar en el país. «Y también disponer con rapidez de la secuenciación de los virus que pudieran aislarse en estas personas», advierte, para detectar lo antes posible las potenciales variantes de riesgo.  

«Me parece una de esas medidas retóricas que tanto se han empleado durante la pandemia. Por escasa efectividad y por innecesaria«, valora por su parte Salvador Peiró, epidemiólogo e investigador en el Área de Investigación en Servicios de Salud y Farmacoepidemiología de la Fundación para el fomento de la investigación sanitaria y biomédica de la Comunidad Valenciana (FISABIO). Según Peiró, la mayoría de viajeros chinos no tendría dificultad en obtener un ‘pasaporte Covid’: en cuanto a porcentaje de población vacunada, adelantarían incluso a España. Su problema es que, al contrario que aquí, son los más ancianos quienes menos se han vacunado.

«España tiene una población muy vacunada, más del 90%, y muy infectada: el 75% con infección pasada en la encuesta de seroprevalencia de la Comunidad Valenciana de principios de octubre. La proporción de personas con inmunidad híbrida es muy alta«, valora Peiró. «Es lo que nos mantiene en la situación actual de bastante transmisión pero poco caso grave. Eso no cambiará porque existan o dejen de existir algunas introducciones procedentes de China o de cualquier otro país».

Aunque la OMS ha puesto el acento en la baja proporción de dosis de refuerzo en China, el investigador recuerda que apenas se han puesto algo más de la mitad de las segundas dosis de refuerzo de la vacuna a las personas mayores de 65 años. «En resumen, mejor si nos preocupáramos un poco más de incrementar cuartas a las personas mayores y vulnerables y de que las personas sintomáticas de cuadros respiratorios -sea covid, gripe u otros- lleven mascarilla y reduzcan su interacción con otras personas, sobre todo mayores y vulnerables». 

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