1672630224 Si pasa con la malversacion lo mismo que con los

En el artículo de hoy, compartimos el artículo sobre «Si pasa con la malversación lo mismo que con los violadores, nos daremos un tiro en el pie». Puede encontrar detalles sobre «Si pasa con la malversación lo mismo que con los violadores, nos daremos un tiro en el pie» en nuestro artículo.

Su despacho oficial del toledano Palacio de Fuensalida, es un lugar amplio y soleado, cuyas paredes han sido decoradas con cuadros luminosos y coloridos para darle un aire de modernidad que rompa la sobriedad del lugar.

Sin embargo, la entrevista con EL ESPAÑOL, de casi dos horas, se celebra -a petición de la periodista- en la antesala donde suele recibir a las visitas. ¿El motivo? Que tiene una amplia mesa de trabajo donde colocar los ordenadores, algo muy práctico dado que el día elegido había una actividad informativa nacional frenética.

En ese lugar llaman la atención dos fotos suyas estratégicamente colocadas: una con el Rey y otra con el Papa, lo cual sirve de chascarrillo para romper el fuego inicial imaginando lo que pensarían si le visitaran algunos de los socios del Gobierno de España.

A Emiliano García-Page (Toledo, 1968), en su tierra, todos le llaman Emiliano, a secas, lo que denota el nivel de cercanía y empatía con sus paisanos. De hecho, si sales a la calle con él, es imposible dar un paso sin que alguien le pida un selfie, le dé la mano e incluso, si llega el caso, un par de besos y le anime a que siga con su actitud valiente y decidida contra las decisiones del Gobierno, aunque sea de su partido.

Es un socialista pata negra que no tiene pelos en la legua. “Soy un socialdemócrata sin aditivos”, suele decir. Es consciente de que tiene el estigma del ganador, y cuando le preguntas dónde está el secreto de su éxito, dice sin más: “El secreto es que no tengo ni trampa ni cartón. Cumplo lo prometido y no engaño”.

Licenciado en Derecho y con una amplia experiencia tanto en su partido (secretario general de los socialistas de Castilla-La Mancha) como en las instituciones (concejal, consejero de varios departamentos, vicepresidente y presidente del Gobierno autonómico, alcalde y senador) se ha convertido en una especie de último mohicano, una de las pocas voces críticas dentro de los barones del PSOE que se atreven a cuestionar las cesiones del Gobierno a sus socios parlamentarios.

“Las decisiones que están tomando en el Gobierno no coinciden con lo que yo pienso” afirma. Lo puede decir más alto, pero no más claro.


El presidente de Castilla-La Mancha, en su despacho.

Óscar Huertas

Finalmente, el Gobierno ha seguido con su hoja de ruta para complacer a los independistas: los indultos y la modificación de los delitos de sedición y malversación. ¿Esto no es un precio demasiado alto para mantenerlos como socios?

Medidas como los indultos, la sedición o la malversación consolidan un statu quo político actual circunstancial. Todas las decisiones que se están tomando están más pensadas para retribuir un apoyo parlamentario que para resolver un problema de fondo. Si el problema de fondo en Cataluña consistiera en que cada ciertos años se mete a unos señores en la cárcel y al poco se les saca, sería bastante inferiorizante para Cataluña.

Lo que pasó el 1-O fue muy grave, y la asignatura que tiene pendiente España es regular específicamente lo que es el comportamiento de deslealtad constitucional, de quebranto constitucional o de convocatoria de referéndums ilegales.

¿Usted quiere que se tipifique de forma urgente ese tema?

Sí, ese es uno de los planteamientos que yo defenderé en la campaña de las autonómicas: que en España se aborde la tipificación de la convocatoria de referéndums ilegales. Es imposible que en nuestro país haya un referéndum que afecte a la soberanía indivisible de España sin que participemos todos los españoles. Sólo puede haber un referéndum en el que participemos todos.

Y en el caso de que hubiera una convocatoria, ¿usted acudiría al Constitucional tal como lo ha planteado?

En el caso de que haya un intento de consulta que socave la soberanía nacional y en la que no participen los ciudadanos de mi tierra y los de toda España, acudiremos al Constitucional y a todas las instancias necesarias.

«Si con la malversación pasa lo mismo que con el ‘sí es sí’ y la persecución de violadores, nos estamos dando un tiro en el pie»

Pues utilizando sus propias palabras, al final el PSOE y ERC nos han «tomado por tontos», y se ha pactado con los delincuentes su propia condena, ¿no?

No sé si nos han tomado, pero no nos gustaría que nos tomen por tontos. Y desde luego que no piensen que la gente en este país olvida. Algunos creen que los ciudadanos olvidan rápido, y que los discursos políticos valen para cada trimestre, y no es así. Con los planteamientos y los compromisos políticos pasa como con la arena que se posa en un estanque y se va acumulando hasta que hay más lodo que agua.

Sea como fuere, al final, Carles Puigdemont se puede ir de rositas, Oriol Junqueras podrá presentarse a las elecciones y varios cargos intermedios que participaron en el ‘procés’ no pisarán la cárcel…

Si lo que pasa con el cambio del Código Penal en materia de sedición y malversación sigue el mismo camino que ha seguido la persecución a los violadores o a los maltratadores con la ley del sólo sí es sí, vamos a un problema muy serio. De hecho, ya hay doctrina y casos para que el Ministerio de Igualdad proceda a un cambio en la normativa del sólo sí es sí. Si lo que está pasando con esto es extrapolable, y puede serlo, a la revisión de penas y a la doctrina penal en torno a la malversación, nos estamos dando un tiro en el pie.

¿Al final la fórmula del Gobierno es que rebaja el delito y favorece al delincuente?

Es evidente que rebajar el delito favorece al malversador. Un malversador, en cuanto sea capaz de disimular el lucro personal, que es muy difícil de demostrar, automáticamente no entrará en la cárcel, y eso es muy grave.

Pero si ganara Feijóo, esa tipificación puede durar poco, porque ya ha dicho que la modificará. ¿Es lógico un cambio de leyes con nombres y apellidos?

El Código Penal no puede cambiarse con nombres y apellidos, pero lo razonable sería restablecer un entendimiento de fondo en los grandes asuntos entre el PSOE y el PP. Lo malo es que un puñado de diputados independentistas está decidiendo en temas fundamentales más que las amplias mayorías sustentadas en millones de votos. No es el momento correcto para ir a menos en la persecución de delitos económicos y de corrupción, y los ciudadanos no lo entienden.

Puestos a ser generosos, ¿usted cree que se tenía que haber indultado ya a José Antonio Griñán?

No quiero comparar, y menos mezclar, ni política ni personalmente el caso de Griñán con los políticos condenados del procés. Griñán es una persona íntegra y honesta, que no se ha llevado un duro, cuando los independentistas utilizaron dinero público a sabiendas que era manifiestamente ilegal.

Esther Esteban junto a Emiliano García-Page.


Esther Esteban junto a Emiliano García-Page.

Óscar Huertas

El Rey ha avisado de que la división social, el deterioro de la convivencia y la erosión de las instituciones del Estado es peligroso. ¿Eso es un tirón de orejas para los dos grandes partidos, y también a los poderes del Estado?

El Rey ha hecho una llamada de atención sobre la necesidad de no perder el valor del acuerdo y los consensos que van más allá de los partidos políticos, y eso incumbe a los grandes partidos que han consolidado la Transición y el sistema democrático en estos 40 años, y evidentemente alude a quienes se dedican a atacar el sistema constitucional.

Pues para Podemos el Rey no tiene legitimidad democrática…

Lo de Podemos es pura retórica. El Rey tiene la legitimidad que le otorga la Constitución Española, que es la que les convierte a ellos en diputados o senadores. Felipe VI está teniendo una actitud ejemplar y gestionando con enorme templanza. El jefe del Estado está a la altura del momento que vivimos y está haciendo un trabajo excepcional.

Al menos, al final ha habido acuerdo en el Tribunal Constitucional tras cinco meses de desencuentros. ¿Debe decaer también la propuesta del Gobierno de cambiar la ley que tanta polémica ha levantado?

El acuerdo por unanimidad para renovar el Constitucional demuestra dos cosas: que siempre es deseable el consenso entre PSOE y PP, y que el origen de todo fue la negativa del PP a facilitar el acuerdo para renovar un órgano constitucional, lo que hace más incomprensible el bloqueo del PP a los órganos de la Justicia.

¿Qué le pareció la decisión, sin precedentes en la historia del Pleno del Tribunal Constitucional, de suspender de forma cautelar la tramitación de una iniciativa legislativa? ¿Le preocupa un choque de trenes entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial?

Yo no veo un choque de trenes entre los tres poderes del Estado. Si acaso ha habido un pequeño choque dialéctico. En cuanto a la respuesta que el Gobierno ha dado a la decisión del Tribunal Constitucional, aun siendo de contrariedad es de acatamiento. Todos los poderes del Estado están sometidos a un último veredicto constitucional y eso hay que asumirlo.

Pues para muchos, todas estas prisas tienen un nombre propio: Cándido Conde–Pumpido, y en el camino se ha tensado mucho la cuerda, ¿no?

Creo que si no hay un acuerdo entre PP y PSOE en temas tan importantes como estos lo van a pagar muy caro los dos partidos. Pero si hacemos un balance de quién ha cedido más a lo largo de la democracia en este tipo de acuerdos, sin duda el PSOE ha cedido más que el PP.

«Insultar es muy fácil, ser radical y ser populista está tirado. Dar una patada es más fácil que estrechar manos»

Algunos creen que asistimos a la liquidación de lo que algunos denominan ‘régimen del 78’ y que Pedro Sánchez se está erigiendo en dueño de todas las instituciones del Estado, ¿es así?

El sistema constitucional español se apoya en una firme determinación de que las instituciones están muy por encima de las personas. No veo riesgo de que el presidente del Gobierno tenga la tentación de acaparar un poder omnímodo en España, y menos con los porcentajes de votos que tiene en el Gobierno.

Vamos, que a pesar de la presión de sus socios no se está desmantelando el ‘régimen del 78’…

Bajo ningún concepto. El problema es que quienes defienden esa retórica no tuvieron ningún protagonismo en el 78, y eso les produce envidia. El problema que tiene Pablo Iglesias con Felipe González es básicamente de envidia: a él le hubiera gustado ser Felipe González. Hay mucho ruido y pocas nueces en el discurso de Podemos.

El caso es que, para ERC, nada es suficiente. Después del tema de la sedición y la malversación hablan de un nuevo referéndum…

Yo defiendo el derecho que tienen los independentistas a buscar la independencia, lo que no defiendo son los métodos, y mucho menos que se salten y violenten los derechos de todos los españoles.

Pues por decir estas cosas los independentistas le llaman de todo: «españolazo», «facha» y cosas de peor transcripción…

A mí no me agrada nada que me insulten, pero más que esos improperios me molestaría que la gente de mi tierra pensara que les he faltado a la palabra, y no poder mirar a los ojos a los castellanomanchegos.

De todos modos, es un contrasentido profundo que el independentismo se reclame de izquierdas, aunque se llamen «Esquerra». Defender privilegios no está en el ADN del progreso y de la izquierda. Y tampoco es de izquierdas defender las rebajas de penas por sedición o malversación.

Además, a usted sus adversarios le acusan de doble moral: dicen que públicamente tiene un discurso durísimo contra Pedro Sánchez, pero los diputados socialistas de Castilla-La Mancha han votado a favor de estas leyes y no rompen la disciplina de partido…

No creo que sea bueno alimentar la sedición en un partido político y romper los partidos mayoritarios. Estamos hablando de que necesitamos partidos constitucionales fuertes, que representen y sean capaces de llegar a acuerdos. No es lógico que estemos combatiendo la sedición del independentismo catalán y busquemos sediciones en los partidos.

Yo no busco que el PP rompa su disciplina de voto, aunque por el error de uno tenemos reforma laboral. Yo ni quito ni pongo los diputados y senadores, ni me deben nada. Yo me responsabilizo del voto de los diputados autonómicos, que son los que yo propongo. La crítica que hacen a los diputados de Castilla-La Mancha del Congreso es demagogia barata.

Emiliano García-Page, posa para EL ESPAÑOL.


Emiliano García-Page, posa para EL ESPAÑOL.

Óscar Huertas

Usted se ha convertido en el barón más crítico del PSOE, en el último mohicano. ¿Ser una china en el zapato de Pedro Sánchez le da votos en su tierra?

Ni soy el último mohicano ni me considero una china en el zapato de Pedro Sánchez, ni quiero ser héroe ni tampoco un mártir. Yo siempre he dado en público mis opiniones, en la época de Felipe, de Zapatero, de Almunia, de Alfredo Pérez Rubalcaba, y ahora también. Puede parecer que tengo una actitud hostil hacia el presidente del Gobierno, pero yo no estoy atacando a nadie, me estoy defendiendo. Defiendo mis posiciones de siempre, que se ven atacadas por la realidad actual.

¿El PSOE es un partido presidencialista donde el único que manda es Sánchez? Porque salvo usted y Javier Lambán ningún otro barón levanta la voz…

No sé si soy crítico con las decisiones que se están tomando o éstas son críticas y hostiles con la historia y los valores que he defendido siempre. Lo que tengo claro es que las decisiones tomadas en el Gobierno por mis compañeros no coinciden con lo que yo pienso. El PSOE es un partido enormemente fuerte con muchísima base, organización, y estructura y, me consta que hay multitud de opiniones. Yo no busco nada, ni pretendo conseguir votos con ello, sólo pretendo mantener encendida la luz de la llama que me llevó a afiliarme en el PSOE cuando tenía 16 años.

¿De verdad cree que es un monaguillo, que no pinta nada en el PSOE como ha dicho en alguna ocasión?

Es evidente que a la hora de tomar decisiones no pinto nada, porque nadie pide mi opinión. Pero eso ha pasado en otros momentos. No es el mismo nivel de conversación que había con Rubalcaba, que estaba en la oposición, que el que hay en el Gobierno. Cuando uno está en el Gobierno tiene que tomar decisiones mucho más rápidas que a veces no se comprenden.

¿Si finalmente los resultados de las elecciones generales son como auguran las encuestas y Sánchez no forma gobierno, usted aspiraría a liderar el PSOE o llegar a la Moncloa?

En las próximas elecciones nacionales van a pesar más los vetos que los votos en la formación de gobierno. Gobernará el que tenga menos suma negativa. No se trata de conseguir mucho, sino de que no lo consiga el otro.

¿Pero habrá recambio para Sánchez si llega el caso?

Si llega el caso habrá primarias para buscar al sucesor.

Insisto, ¿entre estos sucesores estaría usted?, ¿tiene la mirada puesta en Moncloa o en Ferraz?

No estoy en eso, y cualquier contestación a su pregunta seria sediciosa, y aunque ahora la sedición está despenalizada, no quiero ser sedicioso.

Una curiosidad, ¿a usted qué le pareció el tono duro y tabernario de Felipe Sicilia en el Congreso acusando al PP de dar un golpe de Estado como hizo Tejero?

Prefiero que España tenga claro que no hay tantos Tejeros. Sería muy grave que hubiera muchos más que el que ya tuvimos. Hay un punto en el que el ruido hace que ni siquiera se oiga, y sólo abona la tesis de los que creen que todos los políticos sobramos. Insultar es muy fácil, ser radical y ser populista está tirado. Dar una patada es más fácil que estrechar manos.

«Como presidente, no, pero como ciudadano creo que veré el final del trasvase Tajo-Segura, que sin duda tiene fecha de caducidad»

Oiga, por ir contracorriente, usted incluso ha defendido a Alberto Núñez Feijóo contradiciendo que el presidente del Gobierno le llamara insolvente…

Lo que no me pueden pedir es que cambie de opinión sobre una persona después de habernos tratado durante años como colegas autonómicos. Con Feijóo hemos conseguido muchos acuerdos, y nos respetamos, aunque pensamos cosas diferentes. El ataque personal debilita, lo mejor es atacar las ideas. La mejor forma de contrarrestar la ofensiva del PP es recordar sus antecedentes y combatir lo que piensan y lo que harían. La subestimación del adversario me parece un error.

Al menos, en lo que sí hay acuerdo es en que el plan anticrisis del Gobierno es positivo, aunque en el PP dicen que son propuestas suyas…

Estamos en un momento de crisis, pero hay dos cosas que son evidentes: ni el otoño ha resultado tan catastrófico como se publicaba, ni España está peor económicamente que la media europea, sino por encima de la media de los países que la rodean.

Más allá de las medidas concretas, es cierto que el Gobierno está exhibiendo una reacción ante la crisis con intención y enfoque sociales, más allá de que sean más útiles o menos. Lo que me duele como militante del PSOE es que el esfuerzo que se hace en materia social, lo dilapida y lo pulveriza el independentismo o el extremismo.

Cuando habla de extremismo, ¿se refiere a Podemos? Porque, además de no poder cambiar a los ministros, Sánchez ha aceptado algunas propuestas como el ‘impuesto a los ricos’, la ley del ‘sólo sí es sí’ o la Ley Trans.

Las coaliciones, por definición son más complejas, pero hay que poner límites. Yo cuando goberné con Podemos siempre les dejé claro que mi objetivo era ganarlos y gobernar sin ellos.

Tampoco algunas de las empresas han salido bien paradas. ¿Señalar con el dedo a Ignacio Galán, Ana Botín o a Amancio Ortega, con gran proyección internacional, es una buena fórmula?

Yo eso no lo enfatizaría, porque creo que fue un desliz desde el punto de vista argumentativo. La fuerza de un país se mide también por el volumen y envergadura de sus grandes empresas, que crean un valor añadido. No hay que poner en el otro lado de la barrera a las grandes empresas ni a las personas que las lideran.

En cuanto al impuesto a los ricos, tiene un carácter muy transitorio y además lo están adoptando en Europa gobiernos que no son de izquierdas. Los impuestos tienen que servir para financiar los servicios públicos, el crecimiento económico y el empleo. Lo que no se puede hacer es utilizarlos por complejos ideológicos.

Admita que, en la Ley de bienestar animal, usted se ha salido con la suya con la caza, y ese no es un tema menor.

Nos ha costado mucho explicar que la caza tiene que tener una regulación distinta, entre otras cosas porque las competencias son autonómicas y no son del Estado. No decimos que se deba tener manga ancha ni dar a los cazadores un cheque en blanco, pero si nuestra ley vale aquí, no entiendo por qué no era exportable.

Según las últimas encuestas que maneja su partido, si hoy hubiera elecciones usted revalidaría la mayoría absoluta. ¿Dónde está el secreto de su éxito?

Tal vez el secreto está en no tener secretos. No tengo ni trampa ni cartón. Hablo con corazón y con intención, y se me entiende lo que digo. No tengo secretos, intento cumplir lo que he prometido a los ciudadanos y no engañar argumentativamente. Hablo como habla la inmensa mayoría de la gente, y esa es mi forma de entender la política, y no me va mal, pero la verdadera encuesta es siempre la de las urnas.

Aunque su mandato no está limitado por ley, ¿este sería el último si finalmente consigue el sillón de Fuensalida? Y si es así, ¿agotaría la legislatura o se plantearía retirarse a la mitad para dejar a un sucesor?

Los mandatos no están limitados por ley y yo soy contrario a que se limiten, si no es de forma voluntaria. Si quien manda es el ciudadano, no hay por qué imponer por ley cuánto tiempo deben estar los presidentes. Por otra parte, si concurro a unas elecciones es para cumplir mi programa electoral y agotar la legislatura. Si gano, agotaré la legislatura, no le quepa duda.

Oiga, hablando de candidatos, ¿comparte la opinión de algunos de sus compañeros de partido en Castilla-La Mancha de que Isabel Rodríguez “se ha quemado” como posible sucesora suya ejerciendo de portavoz del Gobierno en unos momentos tan duros?

Isabel tiene unos valores excepcionales como persona y como política, y valdría para muchas más cosas, y por supuesto también para representar a Castilla-La Mancha. El PSOE puede tener muchos defectos, pero tiene mucha cantera y cuadros muy bien formados y preparados. Llevamos 40 años de autonomía, y tenemos gente de primerísimo nivel. Isabel tiene un enorme valor.

¿Usted considera a Paco Núñez un adversario pequeño? Porque nada está escrito, y si Vox saca un buen resultado, el PP y el partido de Santiago Abascal le pueden arrebatar el sillón…

En la vida y en la política no hay enemigo ni adversario pequeño, ni hay que dar nada por resuelto. Yo tengo mucho más respeto por Paco Núñez que muchos de los suyos, y quizás su problema sea precisamente ese. A estas alturas todo el mundo tiene posibilidades de gobernar, y son los ciudadanos quienes deben decirlo. Pero desde luego, créame, yo no puedo poner pegas al candidato que tengo en contra.

Cambiando de asunto, ¿al final el frenazo en el trasvase Tajo-Segura aprobado por Sánchez le dará votos? ¿Usted cree que su generación verá el fin de ese trasvase?

Como presidente, no, pero como ciudadano creo que veré el final del trasvase Tajo-Segura, que sin duda tiene fecha de caducidad. Según los regantes de Murcia, Sánchez ha trasvasado una cuarta parte de lo que trasvasó Rajoy, y eso es mucho. Lo que se ha hecho con estos acuerdos del Plan Hidrológico es el mayor dique de contención al trasvase de toda la historia.

Pues según los murcianos usted les quita el agua saltándose el principio de solidaridad interterritorial.

Nosotros no queremos quitarle el agua a nadie, simplemente queremos poder utilizar el agua que pasa por nuestra tierra. Yo estoy dispuesto a llegar a acuerdos para que el Levante no carezca de agua para el consumo humano, incluso con el trasvase, y el sentido general para todos sus usos, industriales y de regadío. No me niego a sentarme en una mesa con quien haga falta.

Lo que no se resuelve nunca es el tema de la financiación autonómica. ¿Sigue siendo una asignatura pendiente? ¿Se puede negociar ese modelo unilateralmente con los independentistas?

Claro que la financiación autonómica es la gran asignatura pendiente de nuestro país. La financiación sólo tiene la excepción formal de País Vasco y Navarra, con las especificaciones fiscales de Canarias y el hecho insular, y Ceuta y Melilla. Todas las demás tenemos un régimen de financiación pactado en la misma mesa. ¿No se ha llegado a un acuerdo porque no se quiere sentar el independentismo en la mesa en la que antes se han llegado a acuerdos y quiere un régimen aparte? Si es así, veo muy difícil un acuerdo.

García-Page en un momento de la entrevista.


García-Page en un momento de la entrevista.

Óscar Huertas

por admin

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