En el artículo de hoy, compartimos el artículo sobre Sánchez a Aragonès: «Podrá decir lo que quiera pero el referéndum no se va a producir». Puede encontrar detalles sobre Sánchez a Aragonès: «Podrá decir lo que quiera pero el referéndum no se va a producir» en nuestro artículo.
El presidente del Gobierno asume que tiene un problema de credibilidad tras la derogación de la sedición y la rebaja de la malversación pero esgrime que, a diferencia del PP, siempre se ha movido dentro de los límites de la Constitución y que no los rebasará
«Podrán reclamar lo que quieran, pero nos se va a producir». Pedro Sánchez volvió a mostrarse tajante, este martes, para negar que, después de haber accedido a derogar la sedición y rebajar las penas de la malversación en el Código Penal, exista la más mínima posibilidad de que su Gobierno acepte la celebración de un referéndum de autodeterminación de Cataluña, el objetivo declarado de Esquerra Republicana de Catalunya,
reiterado este mismo lunes por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
Con las próximas elecciones autonómicas y municipales a la vuelta de la esquina, el 28 de mayo, el jefe del Ejecutivo tiene intención de pasar la página de las cesiones al independentismo para poner todo el foco en la gestión de la crisis -las medidas sociales para combatirla, el reparto de fondos europeos…- y en asuntos que puedan afectar de manera más directa al día a día de los ciudadanos. Ya lo demostró este 27 de diciembre en su balance de fin de año en la Moncloa en el que, entre otras cosas,
anunció una rebaja del 4% al 0% de los alimentos de primera necesidad durante los próximos seis meses.
En Moncloa siempre explicaron que su intención era quitarse de encima en los últimos meses de 2022 todos aquellos asuntos conflictivos pendientes de resolver con sus socios que pudieran empañar la acción del Ejecutivo en un año plagado de citas electorales y eso explica las prisas para ventilar con una tramitación récord y pese a las dudas planteadas en el seno del propio PSOE, la reforma penal que los republicanos blande ya como una suerte amnistía para los implicados en el ‘procés’. Pero Sánchez tiene un problema que él mismo vino a reconocer este martes: ha sido tantas la veces que ha incumplido sus promesas, que hasta en sus filas hay quien duda de su palabra.
Crisis sobrevenida
El presidente ni siquiera levantó una ceja cuando, durante su comparecencia ante la prensa, le preguntaron si le preocupa la «falta de credibilidad» que «muchos» le achacan. Y dando la premisa por buena, replicó que su Gobierno ha tenido que «adaptarse» en la respuesta a «muchas crisis sobrevenidas». Pero frente a las dudas que suscita su palabra de que no habrá consulta sobre la independencia de Cataluña, incluso entre socialistas como el exvicepresidente Alfonso Guerra o el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, esgrimió su apoyo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución con el que el Ejecutivo de Mariano Rajoy intervino la Generalitat de Cataluña en 2017.
«Yo siempre me he mantenido fiel a la Constitución. Lo he hecho en la oposición cuando de manera irresponsable el independentismo nos situó ante el abismo de romper la integridad territorial de nuestro país y lo estoy haciendo ahora garantizando la Constitución y su cumplimiento en todos y cada uno de los territorios. Me gustaría que quienes hoy ostentan el liderazgo de la oposición hicieran lo propio», dijo a modo de censura del comportamiento del PP en relación a la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
La referencia a la Constitución no es inocua porque para garantizar que el referéndum es para él una barrera infranqueable, Sánchez recurrió a una frase que a menudo repetía Rajoy en 2017 como definitiva: «La Constitución española, como ninguna otra Constitución del mundo, reconoce el derecho a la independencia de un territorio». «Ese -advirtió incluso a modo de mensaje a Aragonès- es un debate del pasado».