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Mamadou ‘Petit’ Niang atiende a las instrucciones de Pablo Pin. /
ACB
liga endesa
El interior senegalés pasó seis temporadas en el primer equipo canarista, ahora defenderá la escuálida pintura del equipo de Pablo Pin
Por varios motivos, uno de los grandes protagonistas del partido del Covirán en Tenerife será ‘Petit’ Niang. Primero, por lo emocional, al enfrentarse al equipo que le dio su primera oportunidad profesional —antes su primer club en el país fue el Gran Canaria— en España, en el que jugó seis temporadas con su primera plantilla y por el que guarda un gran cariño. «Siempre es un sitio que me motiva y en el que la afición y el club se portaron muy bien conmigo», agradece.
Pero el senegalés también será relevante por ser casi ‘El último mohicano’ de la pintura rojinegra, junto a Ramón Vilà. Las bajas de Felicio, Maye e Iriarte dejan el juego interior en pañales, una situación especialmente crítica desde la lesión del brasileño. «Cuando él cayó ya sabíamos lo que había», admite Niang, que describe el momento como «complicado» pero también como «algo que puede pasar» y que exigirá que «cada uno se sacrifique más y ayude en lo que se necesita».
En el último duelo ante Valencia Basket, el africano provocó también un pequeño sobresalto, cuando se quedó tendido en el parqué durante unos segundos, preocupando a la parroquia y el equipo local. «Fue un golpe en las costillas y sentía como que me faltaba el aire, pero solo fue un susto. ¡También me rompí el labio y me tuvieron que dar puntos!», recuerda, aliviado por no sumarse al parte de bajas.
Pese al kafkiano momento rojinegro, ‘Petit’ asegura que «es importante mantener el grupo del año pasado», ya que «sería más complicado vivir esto con muchos nuevos», anhelando «que dure poco y recuperarnos».
A la espera de la llegada de refuerzos, Niang es consciente del «reto» que supone enfrentarse hoy a Gio Shermadini, «un jugadorazo que hace casi de todo», valora. Sobre la puesta en escena del partido, el de Medina Sabakh entiende que, pese al acúmulo de ausencias, tiene que ir «a hacer lo mío, sin intentar hacer cosas que no sepa hacer». Será una prueba de fuego complejísima para un Covirán limitado ante uno de los equipos más compactos de la Liga Endesa.
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