En el artículo de hoy, compartimos el artículo sobre Lula ya es presidente y asume el reto de unir al pas como principal y difcil misin. Puede encontrar detalles sobre Lula ya es presidente y asume el reto de unir al pas como principal y difcil misin en nuestro artículo.
La visin de la Explanada de los Ministerios, un mar de gente y de smbolos rojos, pudo hacer pensar a Luiz Incio Lula da Silva que el reto de unir a Brasil no es tan complejo. Pero en un domingo de calor agobiante, euforia y tensin en Brasilia, el hombre que llega por tercera vez al Palacio del Planalto tiene bien claro que el reto es tan ineludible como difcil.
Lula, de 77 aos, regresa a la Presidencia 12 aos despus de abandonar el puesto. En el medio, su partido, el de los Trabajadores (PT), sufri un impeachment que desaloj a Dilma Rousseff del poder, el propio Lula pas 581 das en la crcel por corrupcin y el derechista Jair Bolsonaro gobern durante cuatro aos llevando al pas a un paroxismo de tensin y enfrentamientos.
Es por eso que la imagen de este domingo 1 de enero, Lula a bordo de un Rolls Royce descapotable, rumbo al Congreso para jurar su cargo y al Palacio del Planalto para asumir el poder, conmovi a los seguidores del lder izquierdista: hace poco ms de un ao era pura ciencia ficcin.
A bordo del auto iba Alckmin con su tercera esposa, Janja, pero tambin Geraldo Alckmin, el nuevo vicepresidente, y su esposa. Alckmin, un conservador que fue el rival de Lula en el balotaje por la Presidencia en 2006. La imagen daba una clara idea de la amplitud de la colacin que necesit Lula para derrotar por la mnima a un Bolsonaro que huy del pas dos das antes de terminar su gobierno y se instal en Orlando, la ciudad del parque temtico Disney.
Tata fue la tensin en la recta final hacia el 1 de enero, que el propio vicepresidente de Bolsonaro, Hamilton Mourao, critic en la noche del sbado, en un inesperado discurso en cadena nacional, al que hoy ya es ex presidente. Mientras Lula asuma, Bolsonaro saludaba a seguidores en Orlando vistiendo una camiseta del Sport Club de Recife.
«Lderes que deberan tranquilizar y unir a la nacin en torno a un proyecto de pas, dejaron que su silencio o protagonismo inoportuno y deletreo creara un clima de caos y desintegracin social y, de forma irresponsable, dejaron que las Fuerzas Armadas, de todos los brasileos, pagaran la cuenta: para unos, por la inaccin, y, para otros, por fomentar un supuesto golpe«, dijo un Mourao presentado como «Presidente de la Repblica en ejercicio».
Segn «O Globo», Lula «pretende reforzar la necesidad de que la sociedad brasilea supere el odio que ha marcado las discusiones polticas como forma de preservar la democracia. El petista se enfrentar al reto de gobernar una nacin dividida, bajo la sombra de una derecha reforzada por el bolsonarismo».
«Bolsonaro busc los lmites, intent gobernar sin contrapesos, sin Parlamento, sin justicia. Lo intent, pero no pudo. Aunque hubo momentos en que no estuvo lejos de alcanzar varios de sus objetivos», asegur a EL MUNDO un hombre que particip del da a da de esa lucha de instituciones brasileas clave -en especial la Justicia- por frenar los mpetus autoritarios del capitn retirado del Ejrcito.
Ms all de los desatinos de Bolsonaro, Lula tiene tambin el desafo de corregir su propia historia: debe quitarse de encima la enorme mancha de la corrupcin que convirti en un infierno la poltica brasilea a partir del escndalo Lava Jato y otros anexos. Un infierno que termin con Lula pasando 581 das en la crcel. Sali de prisin gracias a una decisin del Tribunal Supremo, que no dictamin la inocencia del lder de izquierdas, sino simplemente la incompetencia del tribunal que lo sentenci.
El «Luladrao» («Lula, ladrn») sigue a la orden del da para la mayora de los que no lo votaron en la eleccin ms estrecha desde el regreso de la democracia a Brasil, en 1985: Lula gan por 50,9 a 49,1%. Si su gobierno volviera a hundirse en la corrupcin, el dao a su partido y al sistema poltico sera enorme.
El desafo econmico es claro, y en cierto modo paradjico: sectores del nuevo gobierno acusan a Bolsonaro de haberse desviado de la ortodoxia en los ltimos meses y dejarles una hipoteca de gasto. La izquierda cuestiona a la derecha por gastar dinero de ms, aunque ya logr desembarazarse del techo de gasto que tena rango constitucional desde la Presidencia de Michel Temer: as, Lula obtuvo unos 30.000 millones de euros que le permitirn sostener y reforzar los programas de asistencia social en un pas en el que el hambre es una realidad para 33 millones de personas.
Lula se propone tambin recuperar la presencia internacional de Brasil, muy disminuida en los aos de Bolsonaro. Cuenta con el apoyo de Estados Unidos, Europa, China y el entusiasmo de los principales pases de Amrica Latina. Su primer viaje al exterior, el 24 de este mes, ser a la Argentina, con una triple misin: relanzar la relacin con ese pas, reactivar el Mercosur y regresar a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeos (Celac).
Las medidas de seguridad fueron hoy muy estrictas en una ciudad que vivi, tres semanas atrs, serios disturbios generados por bolsonaristas extremos. El temor era que parte de la gente que se reuni frente al Cuartel General del Ejrcito se movilizase al centro de la ciudad y se produjera un enfrentamiento entre partidarios y detractores del nuevo gobierno. No sucedi, la fiesta fue total, en un domingo que se cerrar con un gigantesco recital a metros del Palacio de Itamaraty, la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Rodrigo Pacheco, presidente del Senado, convoc a todo el Congreso a un minuto de silencio en recuerdo del ex futbolista Pel, que muri el jueves a los 82 aos. El silencio, absoluto, fue estremecedor. Tras entonarse el himno de Brasil, comenz la ceremonia y Lula jur de inmediato el cargo: eran las 15:05 (19:05 de Espaa) y Lula, por tercera vez, se converta en presidente de Brasil.
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