1672628415 La Iglesia comienza los preparativos para despedir a Benedicto XVI

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El cuerpo de Benedicto XVI reposa en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano / . Reuters

Ratzinger será enterrado en las grutas vaticanas el próximo jueves, aunque los fieles podrán despedirse del papa emérito desde este lunes en la Basílica de San Pedro

La noticia se conocía pasadas las 11 de la mañana de este sábado. Benedicto XVI, papa emérito desde que renunció en febrero de 2013 a su cargo,
fallecía a las 9:34 horas en el monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro de los Jardines Vaticanos, con 95 años y tras entrar en la historia por reconocer que no se sentía con fuerza para seguir liderando la Iglesia católica y ser así pionero en presentar su dimisión tan solo ocho años después de convertirse en papa.

Con su fallecimiento, tras el que se conoció un
testamento que escribió en 2006 y en el que pide perdon «a todos los que haya perjudicado», se abre así una despedida inédita, la primera de un papa emérito en los últimos tiempos para la Santa Sede. Comenzará oficialmente el lunes en la basílica de San Pedro, donde los fieles podrán dar su último adiós a Benedicto XVI. Una persona descrita por su sustituto y actual papa Francisco como «noble, amable y gentil» del que «solo Dios conoce el valor y la fuerza de su intercesión y de sus sacrificios».

Con esas palabras se refirió el Papa Francisco en el rezo de las vísperas y el ‘Te Deum’ en acción de gracias por el fin de año a Joseph Ratzinger, quien pasará a la historia por humanizar el cargo de obispo de Roma y allanar el camino para que sus sucesores también puedan atreverse a renunciar.

Pero las palabras de agradecimiento, recuerdo y reconocimiento hacia el papa alemán con perfil de intelectual y de estudioso de la teología no tardaron en producirse desde todos los lugares del mundo. Jefes de Estado y presidentes, líderes mundiales, políticos, personalidades de todos los ámbitos así como ciudadanos anónimos buscaron un hueco para dedicar unas palabras tras conocer la noticia del último día del año.

No será hasta el próximo jueves cuando los restos de Benedicto XVI descansen en las grutas vaticanas. Antes será el Papa Francisco quien presida el funeral en la plaza de San Pedro a las 9:30 horas. Pero el cuerpo de Ratzinger será expuesto en la basílica de San Pedro del Vaticano, donde será honrado por los fieles que quieran pasar a darle un último adiós a partir de este lunes.

Se pondrá fin así a una era en la Iglesia Católica caracterizada por la convivencia de dos pontífices, que han mantenido una relación fraterna. Al menos, así la definió Francisco la primera vez que visitó a Benedicto XVI en Castel Gandolfo tras ser elegido su sucesor. «Somos hermanos», dijo cuando el ya emérito le ofreció un lugar privilegiado en la capilla donde ambos rezaron juntos a la virgen de Czestochowa.

Benedicto XVI, un amante de la música que, al final, fue durante más tiempo papa emérito que en funciones, llevaba varios años en condiciones de salud muy frágiles; pero su situación se agravó drásticamente la última semana. Una noticia que dió a conocer Francisco al pedir el pasado miércoles una oración por el delicado estado de salud de Benedicto.

Con la decisión de dar un paso y dejar el liderazgo de la Iglesia católica también optó por una vida de retiro espiritual, dedicada al estudio y a la oración, alejado de los focos mediáticos. Un perfil muy discreto que ha hecho que sus apariciones públicas fueran contadas y recibiera muy pocas visitas. El pasado 27 de agosto, por ejemplo, se reunió en privado con los nuevos cardenales propuestos por Francisco al final del consistorio. Sin embargo, su estado de salud le impidió entablar una conversación con ellos.

60.000 personas para el funeral

Se espera que unas 35.000 personas acudan a Roma a velar los restos mortales del difunto papa emérito desde este lunes y que unas 60.000 acudan el jueves 5 de enero a la ciudad eterna, cuando el Papa Francisco presidirá su funeral. Hasta que abra la capilla ardiente a las 9.00 horas del lunes no se prevén visitas oficiales ni oraciones públicas en recuerdo al papa emérito, cuyos restos descansan en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde falleció.

Por razones de seguridad, el día del funeral se prohibirá el espacio aéreo sobre la plaza de San Pedro y se reforzarán el número de agentes que patrullarán las calles y los equipos médicos. «Contaremos con al menos 1.000 agentes de las fuerzas del orden sobre el terreno para el funeral, una cifra no inferior a la prevista para la Nochevieja», ha asegurado el prefecto de Roma, Bruno Frattasi. «Habrá guardias médicas, se contratará a 500 voluntarios de Protección Civil, que también tendrán la misión de informar sobre las colas y las esperas. También habrá ambulancias y 118 puestos ambulatorios», añadió.

Francisco recuerda a Benedicto XVI en el Ángelus y en la primera homilia del año

Además, se van a reforzar los medios de transporte de la ciudad de Roma para garantizar una organización eficaz en lo que respecta a los desplazamientos. «Se reforzará el transporte público y habrá dos áreas de intercambio, una en el metro de Anagnina y otra en el metro de Laurentina, para que las personas que vengan con sus propios medios de transporte puedan aparcar lejos de la plaza de San Pedro», ha declarado el funcionario.

También se ha previsto la gestión y la regulación de las masivas llegadas de fieles a la plaza de San Pedro, para rendir homenaje y decir el último adiós a Benedicto XVI, con el objetivo primordial de evitar posibles estampidas humanas. «Hemos establecido cómo regular la afluencia y la salida de la plaza de San Pedro, tanto los días en los que está previsto el velatorio del féretro como para el funeral, con el fin de evitar el cruce y la interferencia entre las personas que entran y las que salen», ha destacado Frattasi.

Así, habrá dos entradas predispuestas a ambos lados de la Basílica de San Pedro y en el centro estará la salida. «El objetivo –ha explicado el prefecto de Roma–, es regular tanto los aspectos críticos en términos de orden público como proteger la seguridad de quienes quieran rendir homenaje al féretro de Ratzinger».

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