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Los adolescentes, de 18 y 19 años, están acusados de «corrupción en la tierra» y «enemistad contra Dios»
La organización de defensa de los derechos humanos Iran Human Rights (IHR) ha denunciado este lunes la condena a muerte en la horca de dos jóvenes iraníes por participar en las protestas que sacuden la República Islámica desde hace meses. Las oenegés censuran que el régimen utilice los ajusticiamientos como método para reprimir las manifestaciones.
Mehdi Mohammadifard, un manifestante de 18 años, fue condenado a muerte acusado de incendiar un quiosco de la policía de tráfico en la ciudad occidental de Nowshahr, en la provincia de Mazandarán, informó IHR, con sede en Noruega. Un tribunal revolucionario lo declaró culpable de los delitos de «corrupción en la tierra» y «enemistad contra Dios». La doble condena significa que se le han impuesto dos penas de muerte.
Por otra parte, la agencia de noticias del poder judicial, Mizan Online, afirmó que el Tribunal Supremo había confirmado en diciembre la condena a muerte de otro manifestante, Mohammad Boroghani, acusado de «enemistad con Dios». Boroghani habría «herido con un cuchillo a un guardia de seguridad con intención de matarlo, sembrado el terror entre los ciudadanos e incendiado la sede de la gobernación en la ciudad de Pakdasht», al sureste de Teherán. Según IHR tiene 19 años. La oenegé afirmó la semana pasada que al menos 100 manifestantes corren el riesgo de ser ejecutados tras haber sido condenados a muerte o acusados de delitos punibles con la pena capital.
Hasta el momento, han sido ejecutados dos hombres de 23 años por las protestas desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años que falleció en septiembre tras ser detenida por la policía de moralidad por infringir el estricto código de vestimenta del país. Estos primeros ahorcamientos provocaron una protesta internacional y los grupos de derechos humanos piden que se presione más a Irán para evitar nuevas ejecuciones.