Arquicostura: la diseadora valenciana que ha inventado el arte de bordar las paredes

Raquel Rodrigo ha cautivado a medio mundo con su proyecto que une la arquitectura y la costura, y que ha logrado rescatar de la invisibilidad el punto de cruz, un «arte femenino al que no se le haba prestado atencin»

Es posible bordar la fachada de un edificio? Es posible hacer del punto de cruz una tcnica viral en estos tiempos de modernidad? Es posible convertir la costura en un arte urbano? Lo es, como demuestra Raquel Rodrigo, la artista valenciana que supo a qu quera dedicarse cuando escuch: «Me acabo de enamorar». Lo dijo una mujer tras estar media hora contemplando una de sus creaciones.

Y sus creaciones son lo que ella misma ha acuado como «arquicostura», que no es ms que «la unin de la arquitectura con la costura», como ella misma explica en conversacin con EL MUNDO. Rodrigo, de 38 aos y afincada hoy en Valencia tras pasar por Madrid, viene del mundo del diseo que, segn su propia definicin, es el «arte al que se dota de una funcionalidad». Todo comenz con la carrera de Bellas Artes y los estudios de interiorismo y escaparatismo.

«El escaparatismo es al final marketing y venta silenciosa, pero en realidad me pareca la mejor manera de sacar el arte a la calle». Al fin y al cabo, qu es si no la tcnica de adornar un escaparate con creatividad. Pero la «arquicostura» lleg casi por casualidad, sin pensarlo ni buscarlo. En su afn por sacar el arte de los interiores, se le ocurri bordar la fachada de una tienda de costura cuyo interiorismo haba diseado. «Mi idea de escaparatismo era que se respirara fuera lo que haba dentro», afirma Rodrigo. El xito le desbord.

Lo que hizo sobre las paredes fue recrear la tcnica del punto de cruz que su madre le haba enseado de nia para entretenerse. Por eso hay quien dice que lo suyo es un arte feminista. Lo es? «No busco reivindicar el feminismo, pero es inevitable sealar que saca de la invisibilidad un arte femenino al que nunca se le haba prestado atencin«. Segn la artista, el punto de cruz «no se ha tenido en cuenta como tcnica artstica porque se consideraba algo ntimo y propio del hogar, es decir, de las mujeres».

Ahora que le ha dado una segunda vida (y un barniz de modernidad, por qu no decirlo) al punto de cruz, Rodrigo lo reivindica adems como una tcnica internacional. «Es una manera de vivir y de compartir un lenguaje. En un pueblecito de Rusia, donde nadie hablaba ingls, fue emocionante cmo conectamos gracias al punto de cruz». No solo Rusia; ha estado en Arabia Saud, Suiza, Francia, Gran Bretaa, Italia… Eso s, la inventora de la «arquicostura» insiste: «Yo no he inventado nada, solo lo he llevado a la calle».

De hecho, sus famosos bordados se basan sobre todo en las tradicionales flores del punto de cruz. Por qu las flores? «Quera un patrn tpico del hogar, y las flores lo son. Por eso son siempre mi eje, ya que quera algo reconocible como bordado tradicional». Rodrigo y su equipo -entre los que figuran arquitectos o diseadores- trabajan con grandes paneles metlicos que bordan a partir de un fotomontaje. Lo hacen con cuerdas de algodn resistentes, si bien en la actualidad estn explorando con hilos del plstico reciclado.

Lo suyo es un arte efmero, como todo arte urbano. «No me importa. Trabajar en la calle forma parte de la obra: hay que asumir que con el tiempo la obra se acabar estropeando o siendo vctima del vandalismo. Lo bonito es que llegas a ms gente, pero te expones a que un da no est».

A Rodrigo tampoco le preocupa lo ms mnimo el hecho de trabajar para marcas o de jugar con la viralidad de sus obras. Ms bien todo lo contrario: «S que muchos artistas estn en contra, pero a m es lo que me permite vivir de esto». Y en el futuro? Ms que mirar al futuro, yo miro al pasado. Volvera al ao de antes de la pandemia, que fue el mejor porque no estuve ni 10 das seguidos en Valencia. Fui a Miln, Pars, Londres… Volvera a eso». A eso y a sus flores.